LA PATRIA | MANIZALES
Era casi un hecho que Nerón podía pagar una larga condena por tentativa de homicidio. La víctima del hecho investigado era nada menos que un antiguo enemigo. Otros tres habían declarado en su contra.
El abogado Germán Sarasty Quintero, defensor del procesado, llevó a juicio el testimonio del alias Morsa, afectado por el ataque, quien aseguró que Nerón no era ninguno de los que protagonizó el atentado. Agregó que había reconocido bien a los agresores.
El procesado guardó silencio durante el juicio. Sostenía un rosario. Miraba a su madre y a su compañera sentimental que lo acompañaron a la audiencia. Solo al final, cuando sabía que su libertad era inminente, estrechó la mano de su defensor y dijo: “Brilló la justicia”.
El 19 de enero de 2019 alias Morsa lavaba un taxi en el barrio Comuneros, cuando dos sujetos en una moto pasaron por el lugar. El parrillero le disparó en tres ocasiones.
El que accionó el arma fue un menor, hoy privado de la libertad en el Centro de reeducación de Manizales. Lo que sostuvieron otros tres testigos hasta el final es que Nerón conducía la motocicleta.
Un año de cárcel
A Nerón lo capturaron el 14 de febrero y lo enviaron a la cárcel. El juicio terminó, con sentido de fallo absolutorio, el pasado jueves.
A Nerón le falta un ojo, producto de un atentado a bala contra su vida. En el juicio se supo que el autor de ese ataque fue nada menos que Morsa.
Ese hecho ocurrió en octubre del 2018. Nerón estuvo en coma casi un mes, hecho por el cual Morsa está condenado, pero en el juicio contra su enemigo aclaró que en honor a la verdad podía asegurar que quien conducía la moto desde la que le dispararon no era al que procesaban.
El menor de edad que hizo los disparos lo confirmó. Agregó que el atentado a bala era para asustar a otro sujeto que había visto en el lugar de los hechos, quien había asesinado a su hermano de 16 años por conflictos de fronteras invisibles entre el barrio Comuneros y el sector de la Vaga. Anotó que por esos mismos conflictos entre combos perdió dos hermanos de 26 y 19 años.
Tanto Morsa como el menor que perpetró el ataque se declararon arrepentidos de sus errores y cansados de la violencia que ha cobrado muchas vidas.
Dan ejemplo
El abogado Sarasty Quintero manifestó, satisfecho por el resultado de la defensa, que los jóvenes que tuvieron intervención en el proceso “hoy dan un ejemplo de paz y la reconciliación pueden darse, al menos intentarse, el perdón y olvido es el principio y único camino seguro, noble y digno para restaurar el resquebrajado tejido social; algo muy difícil de entender para quienes observan la violencia cómodamente a través del televisor o las redes sociales”.
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