LA PATRIA | MANIZALES
"Todas las familias quedan en Colombia. Por eso, soportar la distancia es complicado. Sin embargo, si se tiene un matrimonio con buenas bases de confianza y fundamentos que soporten, no hay de qué preocuparse.
Me dan dos permisos al año. Uno de 20 días en el primer semestre y otro de 25, en el segundo".
Así es la vida del sargento mayor del Ejército Nacional John Martínez Vega, uno de los 10 caldenses que hace parte del Batallón Colombia Nº 3 que está en la península del Sinaí, y que sirve de garante de los acuerdos de paz entre Israel y Egipto.
Ayer, tras los 200 años de la Independencia de Colombia, fue un día especial para él y sus compañeros. Se reunieron para conmemorar esta fecha.
Martínez Vega, manizaleño de 43 años, entró a la escuela de suboficiales hace 25 años. Está casado y tiene dos hijas de 19 y 23 años, radicadas en la capital caldense. Lo han condecorado 16 veces y ha estado en 12 batallones, especialmente en las fuerzas especiales y Gaula Eje Cafetero.
Desde hace cuatro meses se desempeña como el único sargento mayor del Batallón Colombia en la península del Sinaí. Estará ahí hasta abril del 2020.
La celebración ayer de la Independencia.
"Salí seleccionado entre 450 sargentos mayores del Ejército. El día a día acá es incierto. Todas las jornadas son iguales.
Mi labor es asesorar al comandante del Batallón en la toma de decisiones y apoyarlo en mantener la disciplina. Además, observar e informar de cualquier entre el tratado entre Egipto e Israel", explicó el manizaleño, desde 11 mil 500 kilómetros de distancia.
Todo empezó desde abril de 1982, cuando la ONU le pidió al país enviar una tropa con 502 hombres a la frontera entre Egipto e Israel. Los uniformados seguían las órdenes del entonces teniente coronel Bernardo Ramírez Lozano, a quien nombraron su comandante.
Su tarea consistía en establecer la seguridad perimétrica en el campo norte de la zona C del Sinaí (unos 4.400 kilómetros cuadrados) y proteger las instalaciones del cuartel general de la Fuerza Multinacional de Paz y Observadores, misión internacional que verifica el cumplimiento de los tratados de paz entre Egipto e Israel y custodia el territorio que los dos países se pelearon por 30 años. Por primera vez en la historia de Colombia, uno de sus batallones no fue enviado a la guerra, sino la paz.
A este se unieron otros 1.500 militares de Australia, Nueva Zelanda, Estados Unidos, Noruega, Francia, Italia, Inglaterra, Holanda, Uruguay, las Islas Fiji y 30 civiles, entre médicos, odontólogos y enfermeros.
Los colombianos aprendieron a vivir en condiciones geográficas y climáticas extremas, a comunicarse a punta de señas con los militares de otros países y a soportar la soledad escribiendo cartas que tardaban 20 días en llegar a Colombia. En tres décadas, 10 mil oficiales del país han sido enviados a defender la paz en esas tierras lejanas.
Cada 10 meses, la mitad del batallón regresa a Colombia y es relevado por un número igual de soldados. Antes de empezar la misión, los uniformados y los civiles que los acompañan conocen los lugares más emblemáticos de la región, como las pirámides de Egipto, el Valle de los Reyes y la ciudad sagrada de Jerusalén.
Aunque la península del Sinaí ya no es objeto de disputa entre los gobiernos, sí es el campo de batalla de varios grupos extremistas que se instalaron en el escasamente poblado desierto egipcio.
El Batallón Colombia está al mando del teniente coronel Luis Cifuentes Villamarím, natural de Anolaima (Cundinamarca). Cuenta con 276 soldados.
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