
LA PATRIA | MANIZALES
Siete casas ubicadas en Chinchiná, Belalcázar (2), Supía, Neira, Pensilvania y la Dorada quedaron en ruinas. La Policía Nacional, con el apoyo de los alcaldes y las mismas comunidades, las demolió porque en su momento se convirtieron en sitios de expendio o consumo de drogas.
Los jíbaros aprovechaban el abandono de esos lugares para meter vicio y, de paso, generar inseguridad entre los vecinos.
El año anterior, en dos fases, la Policía derribó 15 inmuebles. "Esta es una forma contundente de enfrentar el narcotráfico a menor escala, atacando directamente los sitios utilizados para la producción, almacenamiento, venta y consumo de drogas", indicó la institución.
En Caldas, la Policía ha capturado este año a 900 personas por tráfico de estupefacientes. Realizó 70 allanamientos y se incautó de 2 millones de dosis, entre marihuana, bazuco y cocaína.
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