LA PATRIA | MANIZALES
Walter Restrepo, conocido como el Enano; Juan Pablo Castillo, alias el Gordo, ambos de 34 años, y Erika Alallón, son los tres capturados por el crimen de Robeiro Cardona, el lavador de carros, a quien asesinaron y enterraron el pasado 16 de enero en el sector del filo, zona boscosa que limita con los barrios Peralonso y El Caribe.
El Enano era el líder de una banda dedicada a la venta de estupefacientes entre estos barrios, y usaba la zona boscosa para consumir y vender, e incluso tenía un cambuche en donde escondía la droga. Los testigos lo reconocen por ser conflictivo.
Él empezó a dudar de que alguien le estaba robando la mercancía, puso en tela de juicio la confianza de sus compinches y buscó a dos brujas para que le ayudaran a encontrar al ladrón, pues la última vez perdió 700 dosis de bazuco. De hecho, tenía predilección por recurrir a la ayuda de pitonisas.
Así fue que le recomendaron empezar a poner "cáscaras" y tras de esas, al parecer, fue cayendo Robeiro. Pero el Enano esperó el momento indicado y contar con la ayuda de su gente para asesinarlo el 16 de enero.
A Robeiro luego de salir del lavadero de carros, lo invitaron a consumir alucinógenos y cuando vieron la oportunidad lo aprisionaron contra una silla. Mientras el Gordo lo sostenía y evitaba que gritara, Erika vigilaba afuera en las terrazas que nadie llegara.
El Enano sacó un destornillador afilado e intentó clavárselo en el pecho, pero este se partió. Decidido a cobrarle con la vida por el supuesto robo sacó una navaja y le asestó tres heridas en la espalda, luego le ordenó al Gordo que hiciera lo mismo y este obedeció.
Cuando lo vieron muerto lo tiraron en un hueco que habían cavado al lado del cambuche y lo enterraron. Con lo que no contaban es que una persona vio lo que pasó, el criminal huyó hacia el centro de Manizales y cuando supo de él buscó la manera de silenciarlo, pero fue tarde.
Fue ese testigo quien vio cuando cavaron el hueco y el 22 de enero le contó a la familia de Robeiro lo que pasó. Su testimonio y los de otras personas fueron fundamentales para capturar a los delincuentes.
En audiencia de legalización de captura, imputación de cargos y medida de aseguramiento, el Fiscal 21 Seccional presentó las pruebas suficientes ante un juez, y los detenidos no tuvieron más opción que aceptar cargos por homicidio agravado, lo que les permitirá una rebaja de hasta la mitad de la pena.
El Enano y el Gordo podrían pagar aproximadamente 16 años y ocho meses por su coautoría en el asesinato, mientras que Erika, por ser cómplice, recibiría ocho años y cuatro meses. Tendrán detención preventiva en centro carcelario mientras que un juez les dicta la sentencia.
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