LA PATRIA| MANIZALES
28 meses estará encerrado Miguel Ángel Gañán Zapata, condenado por el Juzgado Penal del Circuito de Riosucio por porte ilegal de armas de fuego en concurso con hurto calificado y agravado.
La situación se dio a las 4.00 de la mañana del 24 de abril pasado en el barrio El Lago, sector del matadero de Supía, frente a la entrada a la empresa Codexcar.
Miguel Ángel, junto a otro sujeto, atracó a Rubén Darío Marín Otálvaro. Se tapó el rostro con la capota del buso gris claro que portaba, sacó un arma de fuego pequeña y le mostró a la víctima que también portaba un cuchillo en la cintura.
“No se haga dañar, páseme la riñonera”, expresó, al tiempo que se la arrebató. Dentro de ella había $680 mil, un carné y unas llaves. Cuando el ofendido miraba a Gañán Zapata, este le bajaba la mirada. Pese a eso, reconoció a su atracador como Miguelito, el hijo de Julio Loco. Al otro lo recordó como Pocholo.
El 27 de ese mes, la Sijín solicitó una orden de allanamiento y registro en la calle 34 con carrera 11, barrio Los Lagos, casa de Miguel Ángel, de 20 años. Le encontraron en la habitación una pistola Walter PPK 765, un cuchillo similar al que portaba el día de los hechos y también un buso gris. Fue capturado en flagrancia por porte ilegal de armas.
En audiencia no aceptó cargos, lo mandaron para la cárcel y le revocaron una medida de detención domiciliaria de la que gozaba por cuenta de otro proceso.
Antes de la preparatoria, en octubre, Fiscalía y unidad de defensa presentaron un preacuerdo, en que el imputado aceptó voluntariamente los cargos a cambio de una pena de 28 meses, tras haber indemnizado a la víctima. El acuerdo fue avalado por el juez.
“Trabajo en la Cooperativa de Carniceros de Supía y ese día estaba cerrando el portón del matadero, donde guardo la turbo NPR que manejo para la empresa. En ese momento sentí que me pegaron en la espalda, pero no sé con qué. Miré y era un sujeto con un buso gris y la capota puesta, un pantalón claro y uno tenis Nike blancos. Portaba un arma de fuego y un mataganado, cuchillo que le vi días antes en la Galería, sé que él lo carga, porque ese día desafió con eso a un policía. Me robó y se fue por detrás de la pesebrera La Juana. Lo identifiqué, tiene tatuajes es hijo de un carnicero muy reconocido. Hace como un mes me pidió $5 mil para completar para la traba y no se los quise dar. Me respondió: tranquilo, que después se los quito”.
La pena se disminuye en tres cuartas partes cuando el ladrón repara a su víctima. Debe purgar la pena en establecimiento carcelario. Paga otra condena por delitos contra el patrimonio económico.
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