LA PATRIA | MANIZALES
Una combinación de emociones como celos, dolor, odio y cólera fueron la génesis de la masacre que perpetró Brayan Andrés Aguirre Montoya, de 24 años, en la madrugada del 21 de agosto en el Kilómetro 41, de Manizales.
El juez Quinto Penal del Circuito de esta capital, que ayer lo condenó a 30 años de prisión, hizo una análisis desde la perspectiva de la doctrina del derecho penal sobre la conducta que desplegó Aguirre o Jose, como también es conocido.
El homicida hizo un preacuerdo con la Fiscalía luego de la imputación de cargos. Ayer llegó a la sala de audiencias bajo extremas medidas de seguridad, desplegadas por el Inpec y la Policía.
Motivaciones
El juez resaltó que la matanza fue la forma en que Brayan manifestó su falta de empatía y desconexión con los demás seres humanos, en la que que el otro no importa y finalmente quiso mostrar su capacidad para ser temido.
El desencadenante, como se ha ilustrado desde que se conocieron los detalles de la captura y los móviles de la masacre, fue el rechazo recibido de su novia. Cuando supo, por fotos que ella misma le envió, que se encontraba acampando con otro grupo de personas mostró “prepotencia y altivez”, anotó el juez.
Se hizo de una moto prestada, un machete, un cuchillo y un revólver, buscó un compañero de fechoría, que posiblemente recogió en el barrio Bajo Andes y de allí se dirigió al lugar de la acampada.
Preguntó y disparó
Preguntó por Eliana, pero al parecer no le daban razón de ella. Al primero que sometió le disparó en la cabeza, pero la bala salió defectuosa y solo lo hirió en el cuero cabelludo. Lo creyó muerto. La víctima siguió el libreto y así salvó su vida.
Luego, con disparos de gracia, en las cabezas, acabó con las vidas de Dídier Vargas, propietario del club nocturno Joy; y su hermano Óscar; Eliécer Bravo, portero del establecimiento y conocido como Bola Ocho; y Juliana Arias Trejos, de 20 años, quien se preparaba para validar el bachillerato.
Se le acabaron las balas del revólver calibre 38. Laura Vanessa Ramírez León, estudiante de la Universidad de Caldas, vio una pequeña posibilidad de ponerse a salvo. Sin embargo, el otro asesino, hoy prófugo, la persiguió y con el machete la hirió en varias ocasiones en la cabeza y el cuello.
Escaparon
Eliana y otras dos mujeres, entre ellas una adolescente, corrieron hacia una casa cercana. Contaron lo sucedido. De inmediato llamaron a la Policía. En la escena encontraron al hombre que solo fue lesionado, debido a la milagrosa falta de eficacia en el disparo.
Desde le mismo día las sospechas recayeron en Brayan Andrés. Cuando las autoridades le reintegraron el celular a Eliana, quien espera un hijo del asesino, halló mensajes de voz en el whatsapp amenazantes del sujeto y fotos en las que exhibía sus tatuajes y un arma de fuego, del mismo calibre de las balas extraídas de los cuerpos.
El resto del trabajo investigativo se hizo con seguimientos y escudriñando cada imagen de cámaras de peajes y negocios ubicados entre Manizales y el Kilómetro 41, pero el homicida estaba bien oculto.
Al parecer, la recompensa ofrecida $50 millones ayudó para que una fuente revelara la ubicación de la casa donde se escondía. El 2 de septiembre en la noche se dio la captura en el barrio Palonegro, de Manizales.
Sigue el incidente
Daniel Robledo Pérez, representante de las cinco víctimas, señaló que las familias de los fallecidos fueron conocedores de los detalles del preacuerdo. Recordó, como lo dijo el juez, que Brayan Andrés no actuó solo y por eso se ordenó la devolución de las pruebas originales a la Fiscalía para que continúe buscando al otro asesino, que es “igual de responsable y despiadado”. En relación con el condenado se iniciará el incidente de reparación integral, en el que se buscará que indemnice a los afectados.
Delitos
La investigación tuvo en cuenta los siguientes delitos y modalidad:
Homicidio agravado, por haber puesto a las víctimas en estado de indefensión y por actuar en coparticipación criminal.
Porte ilegal de armas de fuego, pues el Ejército certificó que Brayan no figura con permiso para tenencia o porte.
Homicidio agravado tentado, en relación con el sobreviviente contra quien ejecutó todos los actos idóneos tendientes a matarlo, pero no murió por un motivo ajeno a la voluntad del asesino.
Coautor, porque fueron dos los perpetradores.
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