LA PATRIA | MANIZALES
A lo largo y ancho de la historia del país, los menores de edad se han convertido en un blanco fácil para el reclutamiento de las guerrillas, las disidencias de las Farc y las bandas criminales organizadas.
Este es el lastre que ha tenido que cargar Colombia por algo más de cinco décadas. Sin embargo, la pandemia se convirtió en un caldo de cultivo para los criminales al acecho, sobre todo en las zonas rurales.
Se aprovechan
De acuerdo con un balance de la Coalición contra la vinculación de niños, niñas y jóvenes al conflicto armado en Colombia (Coalico), en los cinco primeros meses de este año, 128 menores fueron reclutados por grupos armados. Mientras que entre enero y junio de 2019 se presentaron 60 casos.
Coalico aseguró que el confinamiento y la suspensión de clases decretada por el Ministerio de Educación, desde el 16 de marzo, sí ha incidido en el crecimiento exponencial de los casos. No mas en abril, la organización registró siete jornadas de reclutamiento, en las que se vieron comprometidos 31 menores de 18 años.
En las zonas rurales con mayor conflicto en Colombia, los colegios funcionan muchas veces como salvaguardia para los menores. Los maestros, a pesar del riesgo, hacen las veces de consejeros y terminan evitando un triste desenlace.
Ante el cierre escolar, los criminales han optado por comunicarse con los niños por medio de sus celulares, como se evidenció en un informe de la Procuraduría.
También se notificó que en el sur del país el Eln obliga a los mayores de 14 años a hacer retenes que sirvan como cordón sanitario contra el coronavirus y evitar el acceso de personas extrañas.
Se pusieron las pilas
Las cifras prendieron las alarmas de la Procuraduría General, que denunció ante la Fiscalía General y exigió que se tomaran acciones para mitigar el problema.
El Gobierno nacional se puso las pilas y puso a la Policía a mitad de julio, a adelantar campañas de prevención, vigilancia y control en algunos puntos calientes del país.
Los municipios caldenses Marquetalia y Pensilvania engrosan la lista. El patrullero Luis Eduardo Botina, integrante del Grupo de Protección a la Infancia y Adolescencia de Caldas, está encargado de esta misión en el oriente del departamento, con el apoyo de la Comisaría de Familia.
“La campaña se está realizando dos veces por mes en cada municipio. Salimos a las calles, incluso, a las veredas. Llevamos un pendón, las recomendaciones para la comunidad y las líneas de atención para poner en conocimiento cualquier delito”.
El agente aseguró que hasta el momento no se han registrado casos de reclutamiento en la región que él opera.
“Las bandas criminales mediante engaños logran sus fines. Prometen una mejor calidad de vida, aperentes escenarios deportivos como escuelas o clubes de fútbol juveniles. Es importante que los padres no permitan que sus hijos abandonen las clases virtuales”, expresó.
Señales de alerta
*Cuando los menores llegan a casa con sumas de dinero, sin justificación.
*Son evasivos y se desconocen los sitios que frecuentan y las personas con las que se relacionan.
*Empiezan a adquirir objetos extraños, como armas.
*Cambian su comportamiento en el hogar, modifican sus horarios de llegada y a veces se desaparecen por semanas.
Canales de atención
Si usted sospecha que algún miembro de su familia puede ser víctima de reclutamiento, no dude en llamar o acercarse a los siguientes canales:
*123 Policía Nacional
*122 Fiscalía
*A las oficinas de las comisarías de Familia o personerías.
*Línea 141 del Instituto de Bienestar Familiar
Testimonios de crueldad
Según un fallo de Justicia y Paz, que se reconstruyó con los testimonios de los hombres de las Auc del Magdalena Medio, al mando de Ramón Isaza, se establecieron 74 casos de reclutamiento ilícito de menores en las zonas donde operaron. Al menos 10 de ellos eran caldenses. Debían cocinar, prestar guardia, escoltar, patrullar y ejecutar labores de radio-operación, inteligencia y hasta financieras.
En el informe se reveló que los jóvenes fueron sometidos a situaciones de tensión, por participar en confrontaciones armadas, fueron víctimas del miedo continuo porque carecían de libertad para desvincularse ante las constantes amenazas.
Además, padecieron de soledad, soportaron castigos y maltratos, pasaron necesidades, fueron testigos y partícipes de crímenes y vejámenes, adoctrinados y abusados sexualmente.
Se relató el caso de Jesmid Narváez Toro, alias Camila, reclutada desde los 13 años de edad. La asesinaron el 23 de octubre de 2002 porque debía prestar guardia en el barrio Los Andes (La Dorada) y no avisó de un retén policial en que casi detienen a un comandante.
Otro fue el de Juan Carlos Saavedra Madrid, estudiante de 16 años. El 1 de agosto de 2002 iba con una amigo para el colegio cuando los abordó una camioneta y se los llevó.
Los paras se detuvieron a descansar, el amigo se lanzó al río Magdalena y escapó. De la suerte de Juan Carlos y cuatro jóvenes más que iban en el carro no se sabe nada. Al parecer, los querían reclutar.
La Fiscalía reveló que 52 de los menores reclutados estaban entre los 15 y 17 años. La mayoría ingresó para tener una opción laboral. 35 del total utilizaron armas cortas.
Recomendaciones
*Esté atento a las amenazas en su territorio, que pueden materializarse en reclutamiento, como presencias de grupos, actividades delictivas, y anuncios en panfletos o redes sociales.
*Ponga en conocimiento cualquier indicio, amenaza o caso a las autoridades.
*Alimente la confianza con sus hijos o miembros de la familia, para que ellos no teman a la hora de confiarle cualquier situación.
*Présteles atención a los grupos sociales con los que comparten sus seres queridos en redes sociales y Whatsapp. La estrategia de la guerrilla es el uso de estas plataformas para invitar a los adolescentes a fiestas, donde son reclutados.
*Manténgase informado. Descargue la guía Prevenir el reclutamiento y la utilización: una tarea de todos. Allí encontrará material didáctico, dirigido especialmente a los niños.
Ingrese a: publications.iom.int/system/files/pdf/prevenir_una_tarea_de_todos.pdf
A responder
La Sala de Reconocimiento de la Justicia Especial para la Paz (JEP) vinculó, en calidad de comparecientes, a 37 integrantes de la antigua guerrilla de las Farc EP y citó a 14 de ellos a rendir versión individual dentro del caso 07, conocido como el de reclutamiento y utilización de niñas y niños en el conflicto armado.
Estas personas deberán aportar información sobre la existencia, origen y evolución de la política que orientó o permitió la vinculación de lo menores al conflicto armado, la próxima semana.
El caso abarca la investigación de cerca de 8.000 hechos de reclutamiento y utilización de menores.
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