LA PATRIA | MANIZALES
Madre e hija, naturales de Palestina (Caldas), fueron acusadas formalmente por la Fiscalía Tercera Especializada de Armenia de desaparecer y asesinar a Betty Vallejo Reyes, de 58 años.
La delegada del ente investigador penal presentó a las mujeres ante el juez y las señaló como las responsables del crimen, del que se tienen al menos 3 hipótesis.
Las mujeres siguen sin aceptar cargos y tras esta etapa procesal perdieron la posibilidad del 50% de la rebaja de la pena, en caso de que decidan asumir los señalamientos. Están en la cárcel Villa Cristina, de la capital del Quindío. La audiencia de preparatoria se llevará a cabo el próximo 19 de julio.
La Fiscalía decidió ingresar como pruebas los videos de cámaras de seguridad, de vigilancia privada y públicos, al igual que algunos caseros, interceptaciones telefónicas legalmente obtenidas, reconocimientos fotográficos, testimonios y las investigaciones de campo de la Policía Judicial.
La familia de la víctima también entregó una serie de audios a la Fiscalía.
También se incluyeron análisis de sangre recolectadas por medios científicos en diferentes lugares de la casa de Betty, prendas de vestir y cobijas.
El ente acusador logró establecer por lo menos 3 hipótesis que serían las causas del asesinato.
Según el relato de una de las imputadas, el 7 de septiembre pasado se generó el crimen por una discusión basada en 2 situaciones.
La primera data de una humedad que tendría uno de los cuartos del primer piso, donde residían ella y su hija: la casa número 36, de la manzana 5, del barrio Los Quindos, de Armenia.
Expresó la acusada que el pasado 16 de agosto ella y su hija establecieron un contrato de arrendamiento con Vallejo Reyes y, desde ese momento, la mujer le informó a la arrendadora la importancia de arreglar una humedad en la pared de una habitación de la casa.
Pero el 7 de septiembre, en la mañana, Betty habló con su inquilina, desde la parte de arriba de su casa, para saber cómo seguía la humedad.
Una de las imputadas (madre) le respondió que esta continuaba y que la víctima le solicitó el favor de dejarla entrar para revisar qué pasaba.
En ese momento Betty conoció las intenciones de la señora de querer instalar parabólica, a lo que la dueña de la casa se opuso porque uno de los cables haría que ingresará agua lluvia al segundo piso.
“Quería poner parabólica en la casa, estaba pagando el arriendo, lo podía hacer, pero la señora Betty bajó a negarme la posibilidad y después, al entrar al cuarto donde estaba la humedad, me dijo que no era problema de ella sino de nosotras y que debíamos arreglarla”, manifestó la acusada en declaración juramentada.
Añadió que la dueña del predio se ofusco, manoteó, hasta el punto en que la ofendida no pudo aguantar más y la empujó, “con tan mala suerte que Betty cayó al piso, no sin antes, golpearse la cabeza con un mesón”.
La lesión fue tan grave, que perdió la vida. Quiso desaparecer el cuerpo, antes de que llegara su hija del trabajo. Tras mutilar a la fallecida con un arma cortopunzante y un objeto contundente, optó por depositar los restos humanos en 2 bolsas de concentrado para perro, hacer creer que eran 2 caninos que habían muerto y buscar a un hombre, para que los enterrara.
“Nunca había visto a la persona que le pedí el favor y me dijo que yo no podía enterrar a los perritos sin antes hablar con la Policía, que eso ya no se podía hacer. Le respondí que no tenía plata y que lo mejor era darle $50 mil por ese favor. Aceptó y en un carrito de supermercado, que usaba cuando iba de compras, metió a Betty. El señor se la llevó y le contó que la enterraría en medio de las glorietas del barrio Los Naranjos, vía al estadio o al hospital del Sur, en una zona boscosa, donde hay unos cambuches”, refirió la acusada.
Con guantes látex, límpido, jabón y otros implementos de aseo, la hoy detenida pensó que sería el crimen perfecto, toda vez que su casa iba a quedar reluciente, como si no hubiera pasado nada.
Las autoridades señalan como cómplice a la hija de esta mujer por haber callado todo.
Una tercera hipótesis es analizada por las autoridades, toda vez que las interceptaciones telefónicas hechas por la Fiscalía, al parecer, involucrarían a un sobrino y a un hermano de Vallejo Reyes.
Según las investigaciones, el hermano de la señora parqueaba su camioneta a las afueras de la casa del barrio Los Quindos, cosa que a Vallejo Reyes no le gustaba, además de que se conoció de discusiones y diferencias entre ellos por una propiedad, que sería una herencia de sus padres.
En el allanamiento a la casa de Betty Vallejo encontraron 5 celulares: los de las mujeres, el de la víctima y otros 2.
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