
Uriel Vélez Buitrago, de 52 años.
LA PATRIA | MANIZALES
El finquero ansermeño estaba cansado de que le robaran las mandarinas que cultivaba con tanto esfuerzo. En ocasiones, los ladrones se escapaban y, en otras, se trataba de menores de edad que no eran judicializados.
Finalmente, los responsables cayeron con 892 kilos de la fruta, cuando la transportaban en un vehículo. Sin embargo, en primera instancia, un juez dejó libre a uno de los dos procesados y al otro le dio domiciliaria. El Tribunal Superior de Manizales, tras la apelación de la Fiscalía de ese municipio, cambió el fallo, para mandar el mensaje de que este tipo de actos también se pagan.
El 19 de noviembre pasado, el Juzgado Segundo Promiscuo de Anserma absolvió a Uriel Vélez Buitrago del delito de hurto calificado y agravado, pero sentenció a Luis Fernando Hinestrosa Rendón, por el mismo cargo, a cuatro años y cuatro meses, con domiciliaria.
A Hinestrosa Rendón, el Tribunal le subió la pena a nueve años y le dio intramural. A Vélez Buitrago lo declaró culpable como coautor del mismo delito y le impuso la misma sanción. A este último lo capturaron la semana pasada.
El 7 de enero del 2015, a las 3:25 de la madrugada, la Policía detuvo a estas dos personas, que iban en un campero, de placas XYA-528. Les incautaron 25 bultos de cítricos, avaluados en un millón 248 mil pesos, robados de la finca La Alpujarra, vereda Alejandría (Anserma).
En audiencia no aceptaron cargos y la Fiscalía se abstuvo de pedir medida de aseguramiento. Vélez Buitrago explicó que solo lo contrataron para transportarla y, el otro, que la compró.
Sin embargo, en la apelación se indicó que resultó extraño que la recogieron a las 3:30 de la mañana en un paraje solitario, la compraron sin saber su procedencia y afirmaron llevar 350 kilos, cuando en realidad era más del doble.
"Llegaron con las luces apagadas y no se contactaron con los caseros o encargados de la finca, sino con extraños. Es una palpable coartada difícil de sostener. El aporte del conductor era fundamentalísimo para el éxito del plan criminal", se dijo.
Un policía que participó en la captura relató que el conductor trató de evadir la señal de pare. Luego constataron que llevaban mandarina, sin el manifiesto que se les pide a todos los que sacan fruta de ese lugar.
El Tribunal no encontró lógico que manejara sin luces, a esa hora y por una vía veredal, contando con seis farolas en buen estado. "Salvo que el conductor, agobiado ya en su existencia, hubiese escogido esa noche para suicidarse, en compañía de otro, y rodeado de dulces mandarinas".
Añadió que los sentenciados no contaban con que los hacendados del sector, hastiados de ser víctimas de hurtos a sus sembrados, contrataron celadores y establecieron un plan de choque con la Policía de Cambía (Risaralda).
"La inocencia declarada en primera instancia deberá revocarse. La pena impuesta a Hinestrosa Rendón deberá ser redosificada, pues hubo violencia, fuerza desmedida y destrozos al romper las cercas de los cultivos".
$80 mil le ofrecieron al conductor por el viaje.
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