LA PATRIA | MANIZALES

El delito de tortura aplica sobre aquellos que usan métodos para anular a las demás personas, así a la víctima no se le cause dolor físico. Con este argumento, el abogado Hernando Rocha, defensor de una docente de derecho de la Universidad de Caldas, acosada por un alumno que perdió una materia en 2,9, logró que el Juzgado Especializado de Manizales negara la solicitud de preclusión que hizo la Fiscalía.

El pasado 1º de septiembre, el ente acusador le imputó cargos al estudiante por tortura, constreñimiento ilegal y amenaza. Ese día se determinó que el sindicado no se le podía acercar a la docente. ni entablar comunicación con ella, mientras se surtían investigaciones.

La Fiscalía pidió cerrar el caso, pues consideró que no había méritos. Sin embargo, el abogado de la víctima manifestó que su defendida vivió momentos de dolor y sufrimiento. El pasado martes, el Juzgado no aceptó precluir, pero el ente acusador apeló de la decisión ante el Tribunal Superior de Manizales, que tendrá la última palabra.

El juez, de pasó, consideró que a la Fiscalía le faltó más investigación y que fue insuficiente el análisis siquiátrico de la víctima, que realizó Medicina Legal.

Así fue

El caso ocurrió el año pasado. En su muro de Facebook, el estudiante de Derecho publicó en Semana Santa: "las cosas que hacen en la Universidad de Caldas, sobre todo la basura de directora del Consultorio Jurídico".

Un amigo le comentó poniendo una foto de Pablo Escobar, con dos pistolas, y diciéndole: oiga mijo, dígame cuál es la profesorcita esa problemática para mandarle a este par. El estudiante sentenció: sí, definitivamente eso es lo que se está buscando.

Esta es una de varias amenazas que por intermedio de redes sociales recibió la mujer, desde diciembre del 2015, cuando el alumno reprobó Consultorio Jurídico. Incluso, le dijo que le arrojaría alguna sustancia en el rostro. La víctima indicó que la siguió y le advirtió que se metería con sus hijos.

La abogada decidió denunciar, cosa que no hicieron otros docentes que, según ella, también fueron intimidados.

En enero la presionó con correos a su Hotmail. A cada uno le subía el tono hasta terminar con vulgaridades y la publicación de Semana Santa. La Fiscalía aceleró el proceso y le brindó protección a la abogada. En la Universidad arrancó la investigación disciplinaria.

Sigue

El alumno está libre y, al parecer, estudiando en otra ciudad. En diciembre, pese a la restricción impuesta, envió más mensajes amenazantes a la docente, pero está vez en tono menos agresivo.