LA PATRIA | MANIZALES
A 17 años y 9 meses de prisión condenaron a José Fernando Loaiza Castañeda, alias Nandito, por matar a José Duván Rodríguez Londoño. El Tribunal Superior de Manizales confirmó, en segunda instancia, la responsabilidad del comerciante, aunque le redujo la pena.
Los hechos ocurrieron el 19 de julio del 2011 en un parqueadero del sector de Sanadresito, en Manizales. La investigación de la Policía Judicial y la Fiscalía fue clave para determinar la culpabilidad de Nandito, pese a que nunca aceptó los cargos que le imputaron.
Fueron 51 las evidencias que presentaron los investigadores, entre ellos el agua de una lavadora donde el homicida sumergió su ropa luego de los hechos.
Ese martes, la central de la Policía recibió información de que se escucharon unos disparos en la calle 19 con carrera 17, en el parqueadero Las Ferias. Los investigadores encontraron un charco de sangre en el sitio y al entrevistar al celador empezaron a desenredar el caso.
Se conoció que allí departían Nandito, administrador del parqueadero, y otros amigos más, entre ellos una mujer. El celador oyó unos disparos y vio cómo corrían de lado a lado los amigos de Nandito, quien luego bajó y les gritó a sus acompañantes que no lo dejaran solo con eso y embalado.
El homicida envolvió el cuerpo en una bolsa plástica, de esas con que cubren las motos, lo metió en el baúl de un Mazda verde y salió con rumbo a Villapilar. Así empezó la búsqueda del automotor, hasta que lo reportaron en una casa, que se confirmó era la casa de Nandito.
La Policía tocó, pero nadie le abrió, pese a que adentro se sentía gente. A las 8:00 de la mañana del día siguiente, con orden judicial, las autoridades hicieron el allanamiento. El homicida estaba allí con su esposa e hija, a quienes pidió salir de la casa para afrontar la diligencia en compañía de su abogado.
Los investigadores encontraron un arma de fuego, en el patio, al lado de la lavadora. Además, unas prendas de vestir remojadas en agua. Recolectaron esas muestras, analizaron las manchas de otro pantalón mojado y manchado, y se esculcó el baúl del vehículo, impregnado de sangre. También se usaron luces forenses para determinar si el automotor fue lavado. De igual manera recogieron trozos de tierra adheridos a las llantas.
Nandito fue capturado, inicialmente, por porte ilegal de armas. Ya se sabía que había una persona herida o muerta, pero no quién.
Esa misma noche se reportó que una joven de 17 años acudió al Centro Piloto con una herida en un glúteo y contó que los hechos fueron en un parqueadero por Sanandresito. Que alguien disparó, resultó herida y como todos corrieron, ella también lo hizo. En ese momento se determinó que de quienes estaban ese día faltaba una persona: José Duván Rodríguez Londoño.
La familia del desaparecido reportó el caso y empezó la búsqueda. Con el número celular de la víctima se pidió a la Dijín de Bogotá una triangulación y como a Rodríguez Londoño la carga de la batería del celular le duró varios días, pudieron determinar que el equipo estaba por los lados de Sacatín Viejo.
Ahí, al viernes siguiente, a las 1:00 de la tarde, la familia encontró el cuerpo, pues había conformado brigadas de búsqueda. Estaba en una balastrera, envuelto en bolsa plástica y en avanzado estado de descomposición. Sus allegados lo identificaron por la ropa.
Con todas estas pruebas, a Nandito le imputaron cargos por homicidio agravado en concurso con porte ilegal de armas y se llevó a juicio con la Fiscalía 13 Seccional. Pese a que se demostró su culpabilidad, se negó a aceptar los cargos.
En primera instancia salió condenado por la juez Cuarta Penal de Manizales, por porte ilegal de armas y homicidio agravado, pero su abogado apeló del fallo ante el Tribunal Superior de Manizales. Le bajaron la pena porque no se comprobó que el arma hallada en la casa fuera la misma del homicidio. Además, que no tenía antecedentes por traficar con armas. La pena pasó entonces de 33 años a 17 años y nueve meses.
Así, pese al silencio del homicida, se hizo justicia en el caso de Rodríguez Londoño.
Pese a no se supo en realidad qué pasó ese día, labores de retrospectiva sobre el comportamiento del homicida les permitieron a las autoridades determinar que le gustaba tomar licor y hacer disparos. Así, al parecer, mató a su amigo de un disparo en la cabeza e hirió a la joven en una nalga.
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