
LA PATRIA | MANIZALES
De un paro cardiorrespiratorio murió en la madrugada de ayer en Manizales Guillermo de Jesús Vasco, natural de Supía, a quien un dragoneante del Inpec le disparó en dos ocasiones cuando subió por un muro de la cárcel de Riosucio (ver infográfico).
Al fallecido lo trasladaron al hospital San Juan de Dios y luego al Hospital de Caldas, donde pereció a las 12:35 a.m.
En el centro penitenciario indicaron que el hombre portaba estupefacientes, que pretendía lanzar al patio del centro de reclusión. Además, que la investigación la asumiría el CTI de la Fiscalía. "Al dragoneante desafortunadamente se le fue un tiro", expresaron.
Habitantes de la avenida El Ciprés parte alta, del Banqueo, barrio Caldas y Guayaquil, aledaños al Centro penitenciario, se mostraron preocupados por lo ocurrido y les solicitaron a las autoridades aclarar los hechos, pues se generó confusión el pasado martes. Entre las directivas y empleados de la cárcel también hay temor por lo que pueda acarrear esa situación, aunque aclararon que lo que hizo el guardia fue cumplir con su deber.
El CTI explicó ayer que se iniciaron dos investigaciones. Una desde Riosucio, por porte de estupefacientes, pues el fallecido portaba 24,6 gramos de droga. La otra, por homicidio, desde Manizales, sitio donde murió Vasco. Se analiza si el dragoneante actuó de acuerdo con la ley o se extralimitó en sus funciones. El arma quedó a disposición de la Fiscalía.
La situación se puso ayer más compleja con un intento de motín en la cárcel de Riosucio. A las 10:30 de la mañana se registró una emergencia dentro del penal, que alberga a 118 internos. La comunidad alertó a los bomberos por la salida de humo en el sitio.
El capitán Óscar Mejía, comandante de Bomberos de ese municipio, expresó que no pasó a mayores y lograron controlar la conflagración a tiempo, pues unos internos intentaron quemar unas tejas. No hubo heridos.
A finales de febrero pasado, el Inpec de esta cárcel aprehendió a un joven, de 16 años, que quería surtir de droga a su padrastro, detenido allí. El menor pretendía lanzar el estupefaciente, envuelto en bolitas de papel aluminio.
Los vecinos del penal descubrieron al muchacho rondando por el sector y, al acercarse al muro que separa la calle del patio lo vieron arrojando cosas por encima de este. Los funcionarios del Inpec vieron cuando el menor dejó caer una bolsa antes de emprender la huida.
Lo aprehendieron y al revisar el contenido encontraron 94 dosis de marihuana. "Allí hay una malla y algunas dosis quedan atrapadas en ella. Luego, los presos tiran zapatos para poderlas tumbar", explicó una fuente.
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