LA PATRIA | MANIZALES
Le preocupan las llamadas extrañas que ha recibido recientemente. "Se comunican de número privados y me intimidan. El 20 de julio, cuando regresaba a la casa de noche, me hicieron varios disparos cerca de la cañada Linderos. Afortunadamente salí ileso".
Esta es la actual situación de Aldemar Ríos Ríos, líder de la vereda Las Coles, de Pácora. Él fue afectado por la violencia. Explicó que Karina y Rojas lo hicieron ir de su tierra, se desplazó hacia Putumayo y allá le pasó lo mismo. Por eso, en tiempos de paz, decidió ser un vocero de las víctimas. A eso atribuye lo que está pasando.
Es presidente de la Asociación de Víctimas de Pácora, hace parte de la Mesa Municipal y de la Departamental, del Comité de Justicia Transicional del municipio y del departamento.
"Me dijeron que renuncie, que están matando a los líderes. No volví a dejarme coger la noche por ahí. Traje el desminado, las actividades de restitución de tierras, mejoramientos de vivienda para víctimas y otras cosas", anotó.
Explicó que denunció en la Sijín, pero archivaron el caso. Fue a la Fiscalía y tiene que presentar unos papeles a la Unidad Nacional de Protección (UNP).
"El personero expresó que eso era delincuencia común. Yo digo, a uno lo mata cualquiera". La Defensoría también lo asesora.
"Hemos implementado la Unidad de Derechos Humanos, que ha sido articulada con la UNP, ubicada en la Gobernación, junto con la Oficina de Seguridad. Tres dependencias que permiten tomar medidas en menos de 48 horas cuando se conocen amenazas o alertas tempranas en líderes sociales”, expresó en mayo pasado la Secretaría de Gobierno de Caldas.
97 líderes sociales del departamento están amenazados, según cifras del Comité de Justicia Transicional que se desarrolló en La Dorada a finales de julio.
Manizales. Este panfleto estaba el jueves en el baño del restaurante del Jardín Botánico de la U. de Caldas, dirigido a una de las dos cocineras, quienes sufren amenazas desde el 21 de julio.
Carolina López, directora del Centro de Estudios sobre conflicto, violencia y convivencia social de la U. de Caldas (Cedat), explicó que adelantaban el inventario y encontraron ese mensaje. "Les seguimos dando acompañamiento psicosocial. La Policía investiga, pero necesitamos avances sobre lo qué está pasando", indicó López.
En la primera ocasión, un encapuchado llegó con arma de fuego en mano, le apuntó a una cocinera y le dijo: "Se van de aquí o se mueren".
Las amenazadas ya fueron víctimas en el pasado. Una huyó de Salamina en 2002. La otra escapó de Caloto (Cauca) en 2004. El programa Rescatando Saberes y Sabores de las abuelas fue su manera de sanar las heridas que el conflicto armado les dejó.
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