LA PATRIA | MANIZALES
Una nueva víctima cobró la guerra por el dominio del microtráfico en Manizales. El muerto en esta ocasión fue Leonardo Agudelo Cardona, de 32 años, herido con arma de fuego en la tarde del pasado domingo, en el barrio San Sebastián.
Lo trasladaron al Hospital de Caldas con tres disparos, dos de ellas en la cabeza, pero falleció horas más tarde. Una hermana, que iba con él, tuvo una afectación leve en el cuero cabelludo (ver infográfico).
Agudelo Valencia, conocido como Leo en el barrio Sierra Morena, donde vivía, era reconocido por pertenecer a la familia de los Ovejos que, según las autoridades, manejan el mercado de los estupefacientes en ese sector.
Su hermano, Luis Hernando, alias Nando, Ovejo o la Marrana, falleció el domingo 27 de febrero, al parecer de un paro cardíaco. Ese mismo día, la Policía Metropolitana encontró a orillas de la quebrada Olivares, en lo más hondo de Sierra Morena, una caleta con 720 kilos de marihuana, en una cueva de 12 metros de profundidad.
Se aseguró que el cargamento le pertenecía a esta familia salamineña, que arribó a Manizales hace 20 años.
Actualmente el papá de este hogar está en la cárcel. Nando, que pagaba una condena, falleció. Leo purgaba una pena de 10 años, dos meses y 20 días de prisión por tráfico de estupefacientes, desde el 26 de septiembre del 2013. Sin embargo, el 25 de noviembre del 2015 le dieron detención domiciliaria y el 8 de febrero pasado le autorizaron laborar como taxista, de lunes a viernes entre las 7:00 de la mañana y las 6:00 de la tarde, y los sábados, de 7:00 a.m. a 12:00 m.
Alguien que aseguró conocer muy bien la historia de Sierra Morena expresó que los Ovejos llegaron al barrio y establecieron una hegemonía a ojos abiertos. "Una cosa insólita. La geografía y ubicación del barrio lo convirtieron en un centro de acopio, distribución y consumo de estupefacientes. Si no pasa lo de ese domingo de febrero, todo seguiría igual, pues se pisan muchos callos. Nunca hubo un golpe así y apenas con la muerte de Nando la gente se atrevió a hablar".
En Sierra Morena cuentan cómo los Ovejos se ganaron el cariño de la comunidad. Se indica que a algunos habitantes les compraban su silencio pagándoles las facturas de servicio públicos. A otros los recompensaban con 'fichas' (dosis de estupefacientes).
Leo no alcanzó a estar un año encerrado. Al igual que su hermano solicitó detención domiciliaria, pues como el papá estaba en la cárcel, necesitaban quién cuidara a Nando por los ataques epilépticos. En Sierra Morena indicaron que Leo siguió con el negocio de su hermano.
Alguien que conoció a Leo indicó que era una persona muy relajada. "No era tan grosero como Nando. Le gustaba mucho la fiesta y siempre tomaba brandy. En una rumba se inhalaban entre 30 y 40 bolsas de perico. Vestía de marca, solo lo mejor. No le faltaban la cadenita de oro y el fierro. La gente dice que tenían problemas con un combo del barrio Estrada".
El coronel Jorge Alberto Jaramillo, comandante de la Policía Metropolitana, explicó que las investigaciones van por buen camino y que se trataría de un problema por el mercado de estupefacientes.
Primer homicidio mayo de este año.
En abril hubo siete.
En el año van 28. El año pasado, a la fecha, 32.
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