LA PATRIA | MANIZALES
“Que nuestros muertos no queden en el olvido. Que nuestros nietos sepan quiénes eran. Nos van a seguir asesinando y no va a pasar nada. Dirán: otro más”, dijo Arbey Gañán, consejero de Derechos Humanos del Cridec en Caldas, durante el Tercer Encuentro Territorial de Reconocimiento: La Verdad Indígena en la Región Andina, promovido por la Comisión de la Verdad.
Allí se escucharon voces de la afectación del conflicto armado en 19 pueblos indígenas de siete departamentos.
“Fue un llamado para que la sociedad colombiana reconozca que el impedimento al libre goce de los derechos de estos puebloss sobre sus territorios pone en riesgo su existencia física y cultural”, indicó la Comisión.
De Caldas se habló de esa fatídica noche del 24 de noviembre de 2001, cuando miembros del bloque Cacique Pipintá de las Auc llegaron a dos resguardos ubicados en Riosucio. Exigieron identificaciones, asesinaron a siete indígenas y desaparecieron a un menor de edad. 380 fueron desplazados.
Voz de Caldas
Una desplazada por la violencia paramilitar en Riosucio intervino en el encuentro.
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