
LA PATRIA | MANIZALES
Stiven de Jesús Montoya Suárez no solo quería atentar contra su mamá, sino que cuando la Policía quiso evitarlo, arremetió contra los uniformados. Por eso el Juzgado Penal del Circuito de Riosucio lo condenó a cuatro años y seis meses de prisión por violencia contra servidor público y violencia intrafamiliar.
Los hechos ocurrieron el 2 de mayo pasado. Eran las 11:00 de la mañana y los patrulleros Cristóbal Henao, Édison Arango y Daniel García hacían una ronda por el sector de El Llano, en Marmato. En ese momento los abordó Gloria Patricia Suárez, madre del sentenciado, para informarles que era víctima de violencia intrafamiliar.
"Amenaza con quitarme la vida con un taco de dinamita y un cuchillo", les manifestó a los uniformados. A la vez, describió cómo estaba vestido: yin azul, buso negro y chanclas azules. Les indicó que estaba dentro de la casa y que en la mano tenía un cuchillo de empuñadura roja y blanco. En la mano izquierda un encendedor violeta, dos tubos de PVC blancos, cubiertos con dos tapones hechos en madera. En uno sobresalía una mecha gris de un cordón detonante.
Amenazó con hacerlo explotar y en ese instante los policías le ordenaron dejar esos elementos.
Montoya Suárez se lanzó con cuchillo en mano sobre el patrullero García y lo lesionó en la cabeza. Fue necesario usar la fuerza, por lo que en medio del forcejeo cayeron al suelo. La mujer trató de ayudar, pero recibió de su hijo un golpe en la nuca y varias patadas. Ahí lo desarmaron. Le incautaron los elementos y lo detuvieron.
La madre explicó en el juicio que su hijo se levantó a pedir desayuno. Ella le respondió: si no hay desayuno para los más chiquitos, menos para los más viejos.
"Él me dijo: si no hay desayuno vieja hij.., mal.., perra, le mocho esa gon... de cabeza. Me encerré adentro con otros dos hijos y mi nieto, llamé a la Policía porque mi hijo empezó a gritarme malas palabras. Si no atranco la puerta del patio me mata".
Al día siguiente, ante el Juzgado Promiscuo Municipal de Supía, se desarrolló la audiencia de control de garantías. No aceptó cargos, pero le dieron medida de aseguramiento intramural.
Antes de iniciar la audiencia preparatoria, el 30 de septiembre, Fiscalía y defensa presentaron un preacuerdo verbal.
El defensor del acusado, luego de leer la historia clínica, pidió detención domiciliaria para Montoya Suárez por enfermedad. Además, que lo enviaran al resguardo indígena de Cartama, al que pertenece, para cumplir allí la pena impuesta, "pues debe dársele un tratamiento preferencial".
El juez consideró que no se trata de enfermedad grave y que la recuperación de las cirugías que tuvo el condenado se la puede garantizar el Inpec dentro de la cárcel, con tratamiento preferencial. Además, que se trata de una persona joven, con vitalidad. También le negaron la solicitud de traslado al resguardo, pues la defensa no demostró que allí exista quien vigile el cumplimiento de la pena.
No se le concedió ningún beneficio, porque se trató de delitos contra la administración pública y la familia.
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