Lo condenaron a 18 años de cárcel por asesinato de profesor

LA PATRIA | MANIZALES

18 años de cárcel pagará Johan Estiven Duque García, de 24 años, por la muerte del docente de la Universidad de Caldas, Carlos Eduardo Angulo García, de 51 años, asesinado el 28 de diciembre del 2013 en el barrio San Jorge, de Manizales.

Así lo determinó el Juzgado Cuarto Penal del Circuito por los delitos de hurto calificado y agravado y homicidio agravado. Pese a que la condena sale de un preacuerdo con la Fiscalía, el sentenciado decidió apelar de la decisión, pues asegura que estuvo en el hurto, pero no en el homicidio.

Duque García tenía un negocio de comidas rápidas y según expresó durante las audiencias, participó en el hecho como una forma de represalia porque el profesor salía con su esposa, alias La Mona.

A Angulo García lo encontraron muerto en su residencia, en el barrio San Jorge, el 30 de diciembre. Entre los vecinos corrió la información de que fue un hecho violento, perpetrado con arma blanca. Según comentaron a las autoridades, la última vez que lo vieron fue ese sábado anterior y que desde ahí le perdieron el rastro. Al parecer el olor que provenía del apartamento, ubicado en la carrera 22 con calle 46, despertó la inquietud de los habitantes del sector.

Al lugar entraron los uniformados y hallaron el cadáver apuñalado.

Reconocido

Eduardo era docente de planta de la Universidad de Caldas. Dictaba biología celular. Personas cercanas lo describieron como un profesor muy bueno.

Ocho meses después del hecho, el 6 de agosto del año pasado, la Policía reportó la captura de tres personas conocidas con los alias de El Flaco, El abuelo y La Mona, sindicados de ingresar al apartamento del docente. La operación se conoció como Los Abuelos. Pese a que no opuso resistencia, lo asesinaron y le hurtaron todas sus pertenencias. 

 La banda

Las autoridades indicaron que el modus operandi de estas personas, una pareja de esposos y un taxista, era suministrarles sustancias sicotrópicas a las víctimas, para después desocuparles sus residencias.
La banda enviaba a la mujer a establecimientos públicos nocturnos con el propósito de ubicar a hombres, preferiblemente solos, a quienes engañaba, se ganaba su confianza y verificaba su capacidad económica. Remataba la fiesta en el apartamento de la víctima y le suministra un somnífero. Llamaba a sus cómplices y robaban. Eso ocurrió con el docente. Las capturas se dieron en Aranjuez y Sacatín. Además, inmovilizaron un taxi.