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Aterrados quedaron las personas que asistieron ayer a una audiencia de control de garantías en contra de un joven al que le incautaron un arma. Cuando las autoridades describieron el arma de fuego, más de uno quedó atónico. No era un hechizo como los que se acostumbran a ver en los estrados judiciales. Se trataba de una Magnum 357 marca Smith & Wesson, como el que usa Harry, el sucio, en sus películas.
El revólver lo tenía en su poder Javier Armando Saldarriaga García, de 18 años. La diligencia fue precedida por el Fiscal 20 seccional URI. Al muchacho le imputaron el delito de porte ilegal de armas de fuego, cargo que aceptó a pesar de que se veía preocupado cuando le narraron los hechos.
Persecución
El ente acusador contó en la audiencia que a las 4:08 de la tarde del miércoles al CAI del barrio Samaria entró una llamada en la que le indicaban que en el Portón del Guamo había alguien que, al parecer, hacía tiros al aire.
Una patrulla fue a verificar la denuncia, mientras que en la Estación Central de la Policía monitoreaban por las cámaras de seguridad cualquier movimiento sospechoso.
Javier Armando, al ver a los policías, huyó hacia la cancha del Solferino. Portaba en su mano derecha la Magnum 357. Al verse acorralado, aprovechó que la puerta de una vivienda estaba abierta y allí se refugió. Sus movimientos, sin embargo, quedaron registrados por las cámaras.
La dueña del inmueble dejó que los uniformados entraran y capturaran a Saldarriaga García, que estaba en el patio con el fierro en la mano. En el tambor quedaban los cuatro cartuchos de los tiros que había hecho y dos balas más por disparar.
El Fiscal pidió que a Javier Armando se le diera medida de aseguramiento en centro carcelario, basándose en el informe que dieron los expertos en armas y balística. Indicó que el arma en cuestión es de alto alcance, que tiene fácil penetración y puede generar pérdida auditiva.
También argumentó que el joven era un peligro para la sociedad, al disparar. Esta petición fue controvertida por el abogado defensor, quien pidió detención domiciliaria para Saldarriaga García. Alegó que su defendido no tenía antecedentes penales y dio su dirección de domicilio.
A Javier Armando lo mandaron tras las rejas por hacer mal uso de su pistolón. La Policía maneja la hipótesis de que, desde la 1:00 p.m,. buscaba a otro joven para dispararle.
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