LA PATRIA | MANIZALES
La misión en Manizales de alias el Flaco, de 42 años de edad, era reclutar menores de edad y adultos para que hicieran parte de un grupo armado ilegal. El negocio se le cayó, pues integrantes del Grupo de delitos contra el terrorismo, de la Policía, lo capturaron en el barrio Comuneros de esta ciudad.
Según las autoridades, con el desmantelamiento de los armados ilegales que existían en Caldas, algunos delincuentes y exintegrantes de esas bandas querían retomar las zonas en las que años atrás hicieron presencia agrupaciones como el frente Cacique Pipintá de las Auc.
En la audiencia de legalización de captura, el Flaco aceptó los cargos y le dictaron medida de aseguramiento en establecimiento carcelario.
Las hojas de vida que las autoridades encontraron dentro de un yip en la vereda Lisboa (Manizales), en julio del 2013, sirvieron de punto de partida para detener al Flaco. Ese día capturaron a 14 personas, que pretendían rearmarse como grupo ilegal, a nombre de las denominadas Autodefensas Gaitanistas. Ellos huían de las autoridades y buscaban asentarse en Arauca. Además de armas y equipos de comunicaciones, les hallaron hojas de vida, tipo Minerva, de interesados en hacer parte de la agrupación. Ahí ponían su alias y el campo de interés. Nombraron urbanos en Manizales, Chinchiná e, incluso, Santa Rosa.
En el caso de el Flaco, se postuló como urbano de la capital de Caldas. Su tarea era conseguir gente en Aranzazu, Samaria, Filadelfia y Supía. Arrancó por Manizales.
Ante las capturas que se presentaron en diferentes zonas de Caldas (ver recuadro Capturas), el Flaco decidió irse para Santa Rosa y luchar por el control de la venta de estupefacientes con otro grupo. Sin embargo, en esa disputa le mataron a un sobrino, por lo que decidió regresar a Manizales. Precisamente lo capturaron en la misa de aniversario del fallecimiento de su familiar.
Las investigaciones determinaron que el Flaco alcanzó a reclutar a siete personas: tres menores de edad y cuatro adultos, todos de la comuna Ciudadela del Norte. Además, extorsionaba y buscaba entrar en el mercado de los estupefacientes. Es más, algunos reclutados se dedicaban antes a comercializar droga.
El capturado se centraba en personas desempleadas, en jóvenes que se paraban en las esquinas y en algunas que tuvieran experiencia con estupefacientes. Les prometía un sueldo de mínimo $1 millón mensual, que podría aumentar dependiendo de cómo mejoraran las finanzas del grupo. Es decir, el pago de extorsiones y la venta de droga. Además, se podía ascender.
Los siete reclutados solo alcanzaron, según las autoridades, a estar en la etapa de adoctrinamiento, pues decidieron desertar al ver las condiciones.
"La gente de Caldas puede estar tranquila. A raíz de esos operativos y de las capturas, los hombres que querían rearmar grupos en el departamento prefirieron marcharse. Además, lo mejor es que la comunidad colaboró, pues avisó cuando vio gente rara, más si tenía acento costeño", indicaron las autoridades.
Un informe de la Defensoría del Pueblo señaló que Caldas está entre los departamentos amenazados por presencia de delincuencia organizada, que los ciudadanos identifican como Bacrim.
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