A líder cultural manizaleño se lo llevaron a prestar servicio

LA PATRIA | MANIZALES

En su canción Paraíso Marginal, el rapero Juan David Henao habla sobre el barrio Solferino, de Manizales. Así como canta contra la guerra y la violencia, defiende a sus habitantes, personas que se esfuerzan por salir adelante.

No solamente les canta, pues trabaja con la Fundación Huellas de Vida llevando música, danza y pintura a jóvenes y niños de este sector. Espera en el 2016 estudiar Gestión Cultural, en la Universidad Nacional, pero el pasado 3 de diciembre, cuando iba a definir su situación militar, el Ejército lo reclutó y lo enviaron a Tolemaida.

Bulldog, como lo conocen popularmente, no quiere prestar servicio. Sus allegados desean que lo liberen y que siga trabajando con sus proyectos sociales. Piden que se le respete la objeción de conciencia.

"Él no quiere permanecer allá, estamos en contra de la guerra, tiene un proyecto de vida, es el que mueve a los muchachos con la música. Ahora, por no ponerse el uniforme tiene miedo a que haya algún tipo de represalia", sostuvo un compañero suyo.

El miércoles pasado, y frente al Batallón Ayacucho, protestaron contra su reclutamiento. El promotor de la manifestación sostiene que los amedrentaron para que no siguieran con su protesta, luego recibió una llamada y le dijeron que lo demandarían por propiciar esto, por eso pedirá medidas de protección.

"Un país en donde están en diálogos de paz obligan a la gente a hacer la guerra, él quiere sacar a los muchachos adelante", puntualizó.

LA PATRIA intentó comunicarse con los representantes del Batallón Ayacucho para conocer el caso, pero no fue posible obtener una respuesta.

A presentar pruebas

Aunque Juan David puede alegar objeción de conciencia, es necesario que cumpla unos requisitos para quedar en libertad, según lo expresa la Defensoría del Pueblo. Añade que la definición de la situación militar es un procedimiento que contempla la ley. Si todavía no está en la Universidad, esto quiere decir que no tiene vínculo con la institución.

Para ser objetor es necesario que presente una certificación de la Fundación a la que pertenece, que demuestre la actividad que desempeña y que pruebe que tiene una concepción de vida diferente a las armas.

Además, debe llenar un formato en el Batallón. El Ejército estudia el documento y es el que determina si el joven puede volver a la vida civil o debe seguir prestando servicio militar.