
LA PATRIA | MANIZALES
$126 millones, de la venta de gasolina de los primeros días de noviembre de 2011, desaparecieron de la estación de servicio La Caneca, en Puerto Boyacá. En el robo participaron, según la Fiscalía, Shirley Valencia Rivera, la administradora y secretaría de esa oficina; y el empleado Jhon Eduard Robledo Carmona, además de Élber Andrés Hernández Lozano, más otro particular.
Al mes siguiente, en Barrancabermeja, detuvieron a Élber Andrés por un caso de hurto y homicidio. En indagatoria en mayo de 2012 se le preguntó por el robo de la estación de servicio y confesó que lo planearon entre Shirley, Jhon Eduard, otro sujeto y él.
Ante esa declaración, las autoridades capturaron a la mujer y al hombre, en junio de ese año. Los acusaron de coautores de hurto calificado y agravado. No aceptaron, pero los mandaron para la cárcel. El juicio terminó en agosto de 2014, con sentido de fallo absolutorio del Juzgado Penal del Circuito de La Dorada.
La defensa de la mujer consideró que no había indicios para vincularla a ese delito pues, entre otras cosas, sus cuentas bancarias no tuvieron movimientos extraños y su estilo de vida seguía igual.
Sin embargo, la Fiscalía apeló y esta semana el Tribunal Superior de Manizales los declaró culpables. Les dio 9 años, ocho meses y 26 días de condena. La clave fue la diferencia entre dos declaraciones dadas por Élber Andrés, quien pese a vincular a la pareja inicialmente, dijo en juicio que no tenían nada que ver y que el hurto lo ejecutó con otro hombre, luego de seis meses de planeación (ver recuadro Las dos declaraciones).
"El otro sujeto me presentó a Shirley, quien me tenía un trabajito para robar en esa estación de gasolina. Que ella era la encargada de meter la plata a una bóveda. Que el tope eran $200 millones, así que había que esperar a que hubiese $180 millones para adelantar la vuelta. Que era en compañía de un muchacho Jhon Eduard. Ese 8 de noviembre me llamó y me dijo: mata siete, venga y recoja el dinero, que ya está. Jhon Eduard me dio la señal para entrar. Luego nos reunimos en un apartamento y me dieron $5 millones por la labor mía. El resto se lo repartieron ellos".
"El otro señor llegó en una moto, robó, salió y le recibí el paquete para dirigirme en otro sentido. Lo que se llama un cambiazo. A Shirley y Jhon Eduard les hice un montaje. Tenía rabia porque creía que todo mundo debía estar en prisión como yo. Si toca pagar dos o tres años más por el falso testimonio, se pagan. Me imagino que estaba trabado".
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015