LA PATRIA | MANIZALES
La docente María Maribel González Álvarez, de 52 años, fallecida el pasado lunes en Medellín, se ganó el cariño de todos los que la conocieron. Un altar, ubicado en el colegio San Jorge, de Manizales, donde trabajaba, fue muestra del inmenso cariño que logró entre la comunidad educativa.
"Las personas que amamos no dejan de existir, solo pasan a otra vida", rezaba un mensaje ubicado debajo de la fotografía de la educadora.
La docente, según información de las autoridades judiciales de Antioquia, cayó del piso 15 de un edificio ubicado en el sector de Castropol, en El Poblado. El hecho se registró a la 1:45 de la tarde. Cuando llegaron los organismos de socorro, González Álvarez aún tenía signos vitales, pero falleció en la clínica Las Vegas, pues ingresó con trauma craneoencefálico severo.
Íntegra
Luz Dary Vásquez, actual rectora del colegio San Peregrino (Manizales), la consideró como una hermana. "Era una persona íntegra, excelente ama de casa y esposa. Era una artista, pues contaba con unas manos prodigiosas para trabajar".
Los alumnos decían que sus clases eran amenas. Empezó dictando matemáticas y desde hace dos años orientaba la asignatura de artística en San Jorge. González Álvarez pidió permiso en el colegio para viajar a Medellín, a ayudar a sus dos hijos, Julio y Juan Pablo, en el arreglo del su apartamento, pues le encantaba el orden y la limpieza.
Esporádicamente iba a la capital antioqueña y les llevaba comida a sus hijos.
Vásquez también destacó sus calidades humanas. "Quería aprender más para enseñar. Trabajaba en un proyecto para niños con discapacidad y montaba otro para dictar clases de artística en la cárcel. Era una maga. Incluso, una vez regaló algunas creaciones para la Secretaría de Educación".
Para el futuro
Quienes conocieron a la profesora indicaron que siempre pensaba en el futuro. Buscaba su pensión para irse a pasear con sus dos hijos y su esposo. "Era feliz. Tenia unas ganas inmensas de vivir y disfrutar del fruto del esfuerzo de trabajo. Al colegio llegaba muy puntal y, cuando se tardaba, la extrañábamos. Conocí sus tristezas y fortalezas", explicó su amiga.
El talento de María Maribel González Álvarez para elaborar productos con papel era tal, que sus amigos y amigas le insinuaban que expusiera durante las ferias. En Navidad, por ejemplo, adornaba su casa, y los vecinos se la admiraban.
"Se sentía una maga en lo que hacía", dijo su amiga Luz Dary.
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