LA PATRIA | MANIZALES
Un movimiento inusual de policías de civil y uniformados se vio ayer en el quinto piso de la Alcaldía de Chinchiná, donde funcionan los juzgados.
Se mostraban interesados e inquietos por la suerte de un compañero capturado por tentativa de homicidio agravado y hurto calificado tentado. Quienes estaban uniformados eran los únicos que entraban y salían de la sala, pues la audiencia se realizó a puerta cerrada. Algunos portaban sus fusiles de dotación.
Se trata del caso del ataque a martillo contra una pareja, por robarles, el pasado jueves, en una vivienda de la calle 12 con carrera sexta de ese municipio. Con el paso de las horas se identificó como agresor a un miembro de la Policía.
Estuvo oculto cinco días, los mismos que pasó inconsciente una mujer, producto de los golpes. El pasado martes se presentó, casi al tiempo que se dictó la orden de captura. Ayer le imputaron cargos, pero no aceptó. El juez lo envió a la cárcel.
El ataque
El representante de la Fiscalía contó que la mujer estaba sola en la casa en el momento del ataque, pues el esposo fue a guardar el carro a un parqueadero.
Quedaron de encontrarse en la calle para pasear dos perros. Sin embargo, ella no llegó. El agresor arribó en moto y abordó a la mujer justo cuando se disponía a sacar a las mascotas. Preguntó: ¿dónde está la plata? ¿dónde está la caleta?
Cogió a la mujer del cuello, la subió por las escalas hasta la segunda planta y le insistía en sus exigencias. Al tiempo la golpeaba con el martillo. Finalmente la dejó inconsciente en una habitación.
Desarmado
El esposo llegó a ver qué pasaba. Observó un casco ajeno y que los perros tenían los collares puestos. Le marcó a la mujer al celular, pero el aparato sonó en la misma casa.
Encontró al agresor, quien le hizo las mismas preguntas sobre el dinero y la supuesta caleta. Hubo un forcejeó. El agredido lo despojó del martillo y luego salió a la calle a pedir auxilio, pero el delincuente lo siguió.
Según el relato del ente acusador, cuando el marido preguntó qué le había hecho a la mujer, el policía respondió: Vaya mire cómo la dejé. El jefe del hogar entró a la casa y halló a su cónyuge en el piso, momento que aprovechó el agresor para huir, pero se le quedó el casco.
En el hospital de Chinchiná valoraron a la paciente y la remitieron a un centro asistencial de Manizales. El martes pasado pudo declarar lo que había pasado.
La Fiscalía identificó como una posible motivación de la conducta del policía una deuda atrasada de $6 millones que tiene con una persona en Palestina. El fiscal resaltó a manera de hipótesis que el uniformado estaba desesperado por cumplir con esa obligación.
El martillo
La función que cumple el uniformado es el cuidado de unos caballos de los carabineros en el sector de Las Pavas. El martillo que usó en el ataque hace parte de sus herramientas de trabajo.
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