LA PATRIA | MANIZALES

Dos semanas ajusta hoy en Manizales el juicio contra el presidente de la CUT Caldas, Óscar Arturo Orozco Sánchez, su conductor y su escolta, por seis supuestos delitos, tras un ataque el 4 de agosto del 2012, en el trayecto Santágueda-Arauca. La Fiscalía busca demostrar que fue un autoatentado y que el único objetivo de Orozco era evitar que se desmontara su esquema de protección.

En estos 10 días apenas han escuchado a los testigos del ente acusador. Uno de ellos fue el subintendente Jhon Édison

Garzón Marín, perito en balística forense, que elaboró un informe técnico después del atentado. Indicó que inspeccionó la Toyota Fortuner, de placas RGL573, en el parqueadero del Comando de Policía Caldas, por solicitud del CTI.

Explicó que faltaba el vidrio de la parte trasera y que dentro del automotor encontró nueve vainillas, propias de un arma nueve milímetros, en el piso de los asientos delanteros, en los traseros y en la bodega.

Con imágenes proyectadas en la pared, informó que había orificios en el guardabarros del lado izquierdo, sobre y debajo de la tapa de combustible. Mientras explicaba esto, el escolta y el conductor de Orozco Sánchez hablaban con sus abogados y hacían dibujos sobre un pequeña libreta.

Orozco Sánchez manifestó la semana pasada que el proceso desde el principio ha sido un atentado al derecho de asociación. Los delitos por los que los acusan son falsa denuncia, fraude a subvenciones, daño en bien ajeno agravado, falsedad en documento privado, falso testimonio y fraude procesal.

El dato

Seguros Bolívar, que cubrió la reparación del vehículo, renunció a hacer parte del proceso como víctima.