LA PATRIA | MANIZALES
Táiler se quedó esperando al niño Juan Pablo Martínez García en la tarde del pasado martes. Este perro criollo negro solía aguardar, en el sitio conocido como la Cañada del Limón, la llegada de su amo, que todos los días salía y llegaba a ese sitio en el transporte escolar que lo llevaba y traía de la Institución Educativa La Milagrosa (Pácora).
Martínez García, de 10 años de edad, fue la única víctima mortal del accidente de un yip Carpati blanco, de placas WFE225, que cubría la ruta escolar entre Buenos Aires y El Limón, en ese municipio. Rodó 30 metros.
En el hospital Santa Teresita atendieron a 11 pasajeros más: nueve estudiantes y dos adultos. A la niña Angélica Ospina Mejía la remitieron a Pereira y a Yénifer Grajales Pérez, a Salamina. En Pácora permanece interno Óscar Yony Valencia Gallego.
Mientras las autoridades investigan qué pasó realmente, Pácora sufre el dolor por la muerte de este menor, que soñaba con ser agrónomo o veterinario, pues le gustaban el campo y los animales, como una vez se lo expresó a la psicóloga Jury Esperanza Valencia.
Alejandra García, prima del niño, explicó que era muy aplicado, obediente y que no vivía con Magnolia, la mamá, porque ella trabaja todo el día en una tienda en el sector de La Bomba, en la salida hacia Salamina.
Hace poco más de un año habitaba en la vereda San Miguel, con la abuela y un tío. Los adoraba. Se bajaba del yip y empezaba una larga travesía.
"Caminaba junto al perro casi una hora para llegar a la casa. Cogían un camino y primero entraban a la vivienda de mi papá. Juan Pablo le llevaba el bocadillo que le daban en el refrigerio del colegio, tomaba fresco y seguía para donde la abuela", contó la prima.
Jimena Gómez, maestra del menor en el grado quinto, lo definió como educado, calmado, juicioso e inteligente. "Nunca viajaba pegado del yip de turno. Se acomodaba dentro del carro, pero por lo pequeño no alcanzaba a prenderse de las varillas. Por eso se cree que en el momento del accidente, el vehículo lo botó".
El alcalde, William López, visitó ayer a la madre del niño y le ofreció la ayuda económica para el sepelio. Además, dijo que investigarán qué ocurrió.
Ocupantes del automotor explicaron ayer: "el carro no lo conducía la persona que tradicionalmente lo hace y el chófer se entretuvo jugando, con una mano, con un niño que iba en el capacete, se descuidó y perdió el control". Sin embargo, aún se analizan las versiones.
El cuerpo del niño permaneció ayer todo el día en Salamina para la necropsia. Las exequias serán hoy.
La Contraloría de Caldas investigará los contratos de transporte escolar en el departamento.
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