LA PATRIA | MANIZALES
Mariela Castro Caicedo amaneció ayer a la intemperie en terrenos de la Hacienda Potrerillo, incautada al exnarcotraficante Roberto Escobar Gaviria, alias Osito, hermano de Pablo Escobar. El terreno ubicado en el Kilómetro 41, vereda de Manizales, lo ocuparon centenares de personas desde la tarde del jueves.
Bajo un intenso sol Mariela bromeó diciendo que es sobrina del reconocido periodista Germán Castro Caicedo, por aquello de los mismos apellidos. Otro tono refleja al recordar lo que significó para ella perder un millón 300 mil pesos hace tres años.
Leidy, hermana de Mariela, sale de la sombra de un árbol y relata que un patrón, quien le prestó el dinero que perdió, le advirtió que no se metiera en ese negocio, pero ella no le hizo caso. "Estuve un año trabajando para pagarle, solo me quedaban $ 8 mil semanales, apenas para la gaseosa".
Ellas creyeron en una estafadora que ofreció lotes de 10 x 10 metros, lo mismo que a otras 60 familias de la vereda. Ahora las dos sienten que al fin tomaron posesión de su predio, así sea por la fuerza. Junto con los estafados llegaron también cerca de 200 familias, la mayoría mujeres cabeza de hogar.
Como un duende bajo la luz del sol aparecía en varias partes de la invasión Rocío González Mora, vocera de las familias. Ella hizo el censo. A las 3:00 de la tarde había contado 226 familias.
Luego de 24 horas de ocupación, aún sin armar bien los módulos de guadua y plástico, la imaginación les alcanzaba a los invasores para señalar la ubicación del parque, la cancha y una caseta comunal, todos inexistentes.
En cada cuadrante de 10 x 10 había al menos una persona haciendo valer la condición de apropiador de su parte, delimitada por 4 varas, piolas, cuerdas o cintas amarillas de advertencia.
Los invasores
A la toma de Potrerillo se sumaron mujeres y jefes de hogar, además de la mayoría de familias que denunciaron ante la Fiscalía por estafa a Sorany Franco Pérez, quien tuvo la hacienda en comodato hasta el 2011, cuando la desalojó la Dirección Nacional de Estupefacientes.
Los ocupantes del terreno manifestaron que los arriendos en esa zona son muy caros y no hay capacidad para pagarlos. Jhon Jairo Giraldo, otro vocero de las familias, señaló que como él muchos ocupantes se dedican a la minería artesanal. Resaltó que cada vez es más difícil trabajar por la persecución de las autoridades.
Por otro lado surgieron personas denunciando que fueron desalojadas hace tres años de zonas de riesgo, pero jamás les cumplieron con una reubicación. Sucesivamente aparecieron invasores contando historias de pobreza y abandono del Estado. También se escuchó el rumor, para algunos real, de que había personas que se estaban colando, sin ninguna necesidad.
Fue pacífica
Mientras las familias que se tomaron Potrerillo hacían su actividad, apenas mostrando algo de organización, desde la vivienda de la hacienda un grupo de policías, desplegados desde las 6:00 de la mañana, solo observó el accionar de la gente.
Sin más órdenes que estar allí, los uniformados se resguardaron del intenso sol hasta las 5:00 de la tarde, la hora del relevo. Al tiempo llegó a la hacienda la visita que esperaron todo el día. Julián Galvis Carrillo, delegado de la Dirección Nacional de Estupefacientes, se reunió con los voceros de las familias.
Las familias se prepararon para expresarle de manera directa que su pretensión era que les entregaran el predio, así tuvieran que pagar por los lotes. Al cierre de esta edición continuaban dialogando.
El dato
A primera hora del día estuvo en el sitio la secretaria de Gobierno de Manizales, Paula Andrea Sánchez, quien reconoció que el predio no era del municipio.
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