Helmer González
LA PATRIA | MANIZALES
A Jhon Viáfara campeón de la Copa Libertadores 2004 con el Once Caldas, y a su exesposa Luz Mary Murillo, la justicia les reconoció los daños materiales que sufrieron en el Conjunto Valles de la Alhambra en el 2015.
Se recuerda que el futbolista actualmente está detenido en un proceso por narcotráfico y a la espera de una extradición a los Estados Unidos.
El caso se denunció como un saqueo y posible acto racista. A través de un proceso civil se demostró que se perpetró el hurto de joyas y relojes de alta gama, entre otros elementos por $270 millones, entre pesos y dólares.
Los demandados por responsabilidad civil contractual fueron la administración del conjunto y la empresa de vigilancia Vigitecol. Ayer el abogado Alejandro Duque, representante de Luz Mary en la demanda, se notificó del auto que libra mandamiento de pago. La sentencia, dictada en abril, quedó en firme.
En la sentencia el juzgado eximió de responsabilidad a la administración del conjunto, pero ordenó a la empresa de vigilancia responder económicamente. No hubo condena por daño moral.
La denuncia penal está en manos de una Fiscalía del sistema de responsabilidad para adolescentes.
Los hechos
En febrero del 2015 el condominio se encontraba solo. Luz Mary Murillo estaba de visita a su familia en Istmina (Chocó) y Viáfara, en Pereira, al servicio del club de fútbol de la capital risaraldense.
A ella le informaron en una llamada que tres días antes unos jóvenes que participaban de una fiesta en el conjunto se metieron a la casa.
Según se describe en este último, les dejaron la casa desordenada, ropa interior que no les pertenecía tirada en el piso, botellas vacías o a medio consumir, olor a cigarrillo y el faltante objetos de valor, así como de botellas de licor de colección, que el jugador adquiría en el exterior en su paso por clubes de otros países.
Lo que les causó mayor impacto fue que las paredes del baño y otras áreas de la casa estaban untadas de excrementos. Esto lo interpretaron como un acto racista.
El Juzgado Tercero Civil del Circuito les dio la razón a los afectados, que probaron el hurto de joyas por $98 millones, y los otros elementos por US$55 mil.
Luz Mary Murillo comentó que las relaciones con los demandados son malas, al punto que podrían vender la propiedad, por el bienestar de sus dos hijos, ya que no se atreven a disfrutar de las áreas comunes luego de lo ocurrido.
Embargo y secuestro
En otro proceso, a raíz del atraso en unas cuotas de administración el conjunto a través de su representante legal demandó el pago de las mismas. La condena fue de $6 millones.
Se ordenó el embargo y secuestro de la propiedad, avaluada comercialmente en unos mil 200 millones de pesos. La diligencia se adelantó sin que la familia se encontrara en el lugar.
Cuando Luz Mary regresó encontró una puerta de ingreso tumbada, les revisaron colchones y corrieron partes del cielorraso. El abogado indicó que este procedimiento es dudoso, ya que la situación jurídica del jugador puede llevar a que alguien, de mala fe, en una de esas acciones plante una prueba ilegal en la casa para perjudicar a Luz Mary y a los hijos.
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