LA PATRIA | MANIZALES

La alegría reinaba en el humilde hogar de la familia Franco Parra. Felipe, el hijo mayor de Milvia, consiguió trabajo y con el sueldo suplía las necesidades básicas. Esa dicha se terminó en la noche del jueves. Un disparo que salió del arma de dotación de un soldado del batallón San Mateo, de Pereira, acabó con la vida de este contratista de la Chec, de 32 años de edad.

Felipe instalaba, junto a un grupo de compañeros de trabajo, la iluminación navideña de Mistrató (Risaralda). Según la progenitora del fallecido, a él le ordenaron que no se moviera del lugar donde manipulaban el taco con el que se suspendía o reactivaba la energía. Esperaba la indicación. Pero, por razones que se investigan, el militar accionó el arma en ese instante y le propinó un disparó que ingresó por un costado y salió por otro.

El hecho se registró en la noche del pasado jueves, irónicamente afuera del cementerio de esa localidad. El joven, residente en el barrio Bengala, en Manizales, murió al instante.

“Lo único que hacía era trabajar. No entiendo por qué el soldado se ensañó con mi hijo y me lo arrebató”, dijo Milvia.

Ejemplo a seguir

La vida de Felipe pasó por muchos inconvenientes: era desplazado de Puerto Boyacá y, hace tres años, a un hermano lo dejaron inválido después de un atentado. Como su progenitora está muy adulta y no puede trabajar, pusieron un pequeño negocio de panes para conseguir el sustento diario. Esto llevó al joven a salir adelante, estudió una tecnología en electricidad en el Sena y aunque a veces tenía contratos pequeños, hace un mes se empleó como contratista de la Chec. Esta buena noticia lo tenía muy contento.

“Lo vi hace ocho días cuando salió de la casa y me dijo que iba para varios pueblos a instalar la iluminación. Aunque se comunicaba conmigo, anoche (jueves) no alcanzó”, expresó la madre.

Con su voz entrecortada agregó: “Jamás olvidaré la tarde del miércoles cuando mi hijo me llamó y me dijo que estaba bien, aunque un poco cansado”.

Otra versión

El coronel Germán Puentes Aguilar, comandante de la Octava Brigada, explicó que el caso ocurrió en la noche del jueves en la entrada a Mistrató, donde se ubicó una patrulla móvil del Batallón San Mateo.

"Vemos que hubo un error militar. El soldado que se ubica en la base de la patrulla ve que el hombre se acerca hacía él. El uniformado nos indicó que hizo la advertencia un par de veces, pero la víctima no atendió el llamado. El soldado se sintió amenazado y le disparó".

Puentes Aguilar dijo que es evidente el error del soldado, que no siguió los protocolos y no debió reaccionar así, menos si el ciudadano estaba desarmado.

"Se llevará a la Justicia Penal Militar. Ya se tomaron las declaraciones, se inspeccionó el lugar de los hechos y en el caso nos colaboran la Sijín, el CTI y la Fiscalía. El protocolo dice que debe lanzar la advertencia, indicar que es del Ejército y esperar respuesta. De lo contrario, solicitar un santo y seña si es de las mismas tropas. En un área como estas se podría decir que el uniformado no corría peligro. Hay que investigar".

Más recuerdos

Luis Gabriel Peláez, amigo del fallecido, lo recordó como una gran persona. "Independientemente de que éramos de barras diferentes, América y Once Caldas, nos la llevábamos bien. Le gustaba mucho la rumba, pero quería salir adelante. Era muy camellador, un berraco. Vivía en Bengala y antes de la Chec laboró en un call center".
Daniel Salazar expresó que solo queda recordar los buenos momentos que vivió a su lado. "Desearía verte por última vez y decirte que eres mi mejor amigo parcero. Te extraño, me hace mucha falta loquito. Solo lágrimas tengo en este momento. Desde la cancha te recordaremos por siempre mi socio".

El dato

14 meses de servicio llevaba el soldado implicado. No había tenido problemas de disciplina. Es de Pereira. Está en custodia en calidad de sindicado.