
LA PATRIA | MANIZALES
Los dos días de juicio culminaron y el principal sospechoso del asesinato de Jorge Arturo Rodríguez García, de 62 años, ocurrido el 28 de noviembre del 2013, dentro de su casa en el barrio Bengala (Manizales), quedó libre de toda culpa.
En ese momento el exsindicado, de 58 años, se paró de su silla, se le burló en la cara a un sobrino del fallecido y este se levantó de su puesto en la sala de audiencias para intentar golpearlo. Tuvo que intervenir la Policía.
Así, la investigación por la muerte de Rodríguez García, pensionado del Municipio, arrancará de nuevo y dará un giro. Sus familiares siguen esperando justicia y el principal sospechoso acabó con ocho meses de zozobra, la que arrancó desde el día de su detención, en febrero pasado.
Estaba en libertad, pues en ese entonces el juez de control de garantías consideró que los elementos materiales de prueba no eran suficientes, los indicios débiles, sin solidez y calibre para demostrar su supuesta culpabilidad. Lo sindicaban de homicidio agravado en concurso con hurto calificado y agravado.
A Rodríguez García lo mataron a golpes y de varias puñaladas en diferentes partes del cuerpo. El homicida se encarnizó con la víctima. Al sospechoso, de oficio constructor, lo vincularon porque alquilaba habitaciones en diferentes lugares de la ciudad. El fallecido le arrendó un cuarto en su vivienda. Un testigo indicó que el 26 de noviembre del 2013 llamó en reiteradas ocasiones a la hoy víctima y que quien contestó fue el sindicado, con quien al parecer ingería licor en el Centro. Luego, no quiso contestar más.
Otros testigos afirmaron que al día siguiente, muy temprano, vieron salir al acusado de la casa del occiso, con varios elementos como una olla arrocera, y dos costales, al parecer llenos de elementos y ropa. El cuerpo de Jorge Arturo lo hallaron debajo de un colchón. Todo estaba revolcado, faltaban el celular, el equipo de sonido y la billetera.
El Juzgado Quinto Penal del Circuito absolvió al hombre, no por considerarlo inocente, sino porque existen muchas dudas sobre su autoría en el crimen. En su lectura del sentido fallo manifestó que los problemas que tenía la víctima con el acusado, porque le debía $50 mil del arriendo, no eran motivo suficiente para asesinarlo ocasionándole 11 heridas con arma blanca y objetos contundentes en cabeza, cuello, abdomen y brazos. Incluso se dijo que un sobrino del fallecido iba mucho a esa casa, en compañía de otro joven.
Para el juez, la Fiscalía 14 seccional cometió el error de no estudiar los innumerables rastros de sangre que había en paredes, piso, baño, cuartos, ni las huellas en los zapatos que se hallaron dentro del cuarto del sindicado, para saber si pertenecían a él o a otras personas.
Indicó que en este hecho participó más de una persona, pues se requería de mucha fuerza para perseguirlo y apuñalarlo por toda la casa, y matarlo. Además, que no se descarta que haya sido un delito pasional.
El exsindicado, durante el juicio, señaló que ese día sacó unas cosas suyas de la casa para venderlas en la Galería, entre ellas unas ollas, y poderle pagar los $50 mil a su arrendatario. "Por la tarde volví a la vivienda y encontré a dos jóvenes, del barrio Solferino, que iban mucho allá, y no me dejaron entrar".
El juez mostró su molestia porque la Fiscalía solo se dedicó a investigar al ahora exsindicado y no tuvo en cuenta la posibilidad de autoría de otras personas.
El abogado defensor dijo que a la víctima la frecuentaban muchos hombres en su casa, especialmente jóvenes.
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