LA PATRIA | MANIZALES

"Ese fue un susto muy berraco. Imagínese tener a alguien apuntándole en la cabeza con una pistola. Me orillé, llamamos a la Policía y le contamos lo sucedido".

El relato es del conductor de una buseta de Autolegal, que en la tarde del pasado miércoles cubría la ruta El Carmen-San Rafael, y que a su paso por el barrio Jesús de la Buena Esperanza, en Manizales, fue abordada por siete sujetos, que lo atracaron a él y a sus pasajeros (ver infográfico).

El hombre recordó que el hecho ocurrió a las 2:45 de la tarde. "Unos pelados que se mantienen en las esquinas me pidieron que los llevara. Accedí, pero no creía que me pagaran así", indicó. Uno lo abordó con arma de fuego, se le fue encima y le quitó la plata del recorrido.

Añadió que el atraco no duró más de dos minutos y que lastimosamente la cámara del vehículo no los alcanzó a captar.

"La gente estaba muy asustada. Nadie pronunció palabra. Solo me dijeron: ¿qué hacemos? Llamamos a la Policía, cuadré el carro, se calmaron, pero sí fue un susto tenaz. Un pasajero estaba muy molesto porque se le llevaron un celular de alta gama", recordó el conductor, que hasta ayer no había denunciado por falta de tiempo y porque si para el carro, pierde dinero.

Hizo un llamado a sus compañeros para que no dejen subir a cualquiera y menos gratis. Además, andar con la puerta trasera cerrada. Manifestó que la empresa analiza qué puede pasar con la ruta, aunque no quiere que los buenos pierdan por culpa de los malos.

Jhon Heberth Zamora, secretario de Gobierno de Manizales, indicó que para esta época aumentan el pie de fuerza, al pasar de mil 73 unidades a mil 500, pues esperan unos 250 mil visitantes.

"Debemos darles garantías a todas las personas para que estén seguras. Tenemos problemas en algunos sitios y sobre eso trabajamos con la Policía, en operativos para atacar algunos puntos neurálgicos, incluso con Ejército".

El dato

En marzo del año pasado, la Policía capturó a Pan Boliado, líder de un grupo de delincuentes dedicado a asaltar buses y camiones repartidores en el barrio Paraíso. A estos últimos, incluso, les pedían vacunas para no atentar contra ellos.

Los hombres se subieron por la puerta de atrás.