LA PATRIA | MANIZALES
Una mujer gritaba desgarrada del dolor en una vivienda. Su corazón estaba en pedazos tras conocer que su hija de seis años había muerto por un disparo en la frente.
Fue el más absurdo de los accidentes, decían en el lugar. Hacia las 2:30 en un sector rural de Manizales, en un desvío en la carretera hacia Neira, se escuchó un estruendo. Luego los vecinos vieron a la menor a quien alguien llevaba cargada. La trasladaron a la Clínica Versalles en donde los médicos determinaron que murió.
Una vecina dijo que se le notaba sangre en la frente. Era el producto de un disparo que acabó con su vida.
Los investigadores del CTI que llegaron al sitio, al igual que la comunidad, trataban de entender lo sucedido.
Minutos antes de escucharse el estruendo, que muchos confundieron con el de una teja que se rompe, un tío de la menor le dijo a ella y a su hijo, de cuatro años, que fueran a jugar a otro lado.
El hombre y otras personas preparaban una mezcla de cemento para construir una vivienda. Los menores le hicieron caso y subieron hasta el único cuarto que hay en la planta alta de la casa.
Tan pronto escucharon la detonación, extrañados fueron a ver qué pasaba y vieron a la menor tendida en una cama botando sangre por la frente.
La alarma de los familiares alertó también a los vecinos, que vieron a la menor mientras la subían a un carro con rumbo hacía la clínica.
En las primeras horas ningún investigador se atrevía a concebir que el menor tuviera la fuerza para sostener el arma y disparar en lo que parecía un juego, producto al parecer del descuido de un adulto que la dejó al alcance de los pequeños o no se dio cuenta de que sabían en dónde la guardaba.
Una versión de un joven que abordó una buseta para salir del sector fue que el menor le había propuesto a la niña que jugaran a los pistoleros. Sin embargo, continúa la duda sobre quién sostuvo el arma al momento del disparo.
Las labores de investigación del CTI comenzaron en la habitación. El desconsuelo de la madre y la tristeza de los vecinos era evidente. La pequeña estudiante de primer grado en un colegio de Manizales deja vacía una silla.
La Policía de Infancia y Adolescencia llegó al sitio y trasladó el menor a un ambiente adecuado para que los expertos en este tipo de investigación puedan interactuar con él y saber con exactitud como ocurrieron los hechos.
El arma de fuego, un revólver calibre 38 especial, al parecer no estaba amparado con documentos. Un vecino supuso que quizás el dueño de la casa, que vive hace dos años en el sector, la adquirió porque le han hecho varios robos.
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