LA PATRIA | MANIZALES
La menor, de 13 años, tenía miedo de que el caso fuera a un juzgado, pues creía que no se podría hacer nada, ya que su abusador era un juez. "Era mi palabra contra la de él", le dijo a su madrina, en el momento que decidió contarle lo que
Ramón Alberto Herrera Ramírez, para entonces juez promiscuo municipal de Samaná (mayo del 2009), le hizo dentro de su apartamento.
La joven, sentada en un rincón de la casa, con la cabeza gacha, le relató a su allegada que el juez Herrera Ramírez la contactó, el 18 de mayo de ese año, para hablarle de su padre fallecido, la invitó al apartamento para mostrarle fotos de él y prestarle libros para unas tareas del colegio.
Abuso
Nunca le mostró tales imágenes, le dijo que sabía de sus necesidades económicas y que si estaba con él le iba bien.
Impidió que se fuera, la manoseó en sus partes íntimas y la accedió carnalmente. Luego, el hoy sentenciado le manifestó que la podía ayudar con un billete de $50 mil, que la menor no recibió, pero se los dejó en un bolsillo de la chaqueta.
Horas después, la víctima, con ese dinero, compró un raticida y lo ingirió, pero afortunadamente los médicos le salvaron la vida.
En primera instancia, un juez de La Dorada lo sentenció, en el 2011, a 19 años y seis meses de prisión. Luego, el 9 de mayo del 2014, el Tribunal Superior de Manizales la dejó en 14 años, al suprimir el agravante. La defensa del sentenciado presentó recurso de casación ante la Corte Suprema de Justicia, que esta semana decidió inadmitirla. Es decir, queda en firme la condena.
Para la Corte, la explicación de la joven es digna de credibilidad, ante el "temor reverencial que en un pueblo puede generar un personaje con poder, como un juez".
Añadió que víctima y madrina se demoraron en denunciar porque, además de que la joven se sentía sola, tuvo que tomar confianza, porque pensaba que nadie le iba a creer, pues era su palabra contra la de un juez.
"Los dictámenes periciales descartaron en la menor cualquier patología mental que la llevara a alucinar. Los peritos la catalogan como una niña normal, no como una esquizofrénica paranoide, según lo sugirió el defensor en el juicio. El abogado también aseguró que era una retaliación de la niña contra el juez porque, en 1998, dictó 30 días de arresto contra su papá. Las copias de dicha actuación no dan cuenta de dicha condena. Además, la menor tenía tres años".
El defensor del sentenciado denunció a los magistrados de la Sala Penal del Tribunal Superior de Manizales por el fallo. Aún no hay decisión de fondo de la Fiscalía.
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