Un conductor, un minero y un anciano murieron asesinados el fin de semana en Riosucio. Los hechos ocurrieron en una vereda, en una fiesta y en el ancianato Luisas de Marillac.
A los homicidios se sumaron los excesos de los hinchas del Atlético Nacional. Según las autoridades, hubo daños a varias edificaciones. Así mismo, quemaron pólvora de manera incontrolada, pese a que está prohibido.
El primer asesinato ocurrió el viernes en la mañana. El sábado los riosuceños conocieron de otro caso y el domingo se levantaron con la noticia de un tercer homicidio. Los hinchas remataron lo que ya era un fin de semana violento.
Gabriel Antonio Pescador Guapacha, de 62 años, murió apuñalado por defender a dos empleadas del ancianato Luisas de Marillac. El viernes en la mañana, un adulto a quien ya le conocían sus rabietas, se levantó peor que otros días.
Según informaron, el hombre, de 78 años, pidió un medicamento más temprano de lo habitual. Cuando le dijeron que debía esperar, quiso irse a las 8:15 de la mañana, desatendiendo la norma de la institución, según la cual la salida solo es permitida desde las 10:00 a.m.
Una enfermera, de 33 años, intentó persuadir al anciano para que no se fuera. Sin embargo, él sacó una navaja y le produjo una herida profunda en el antebrazo. Después golpeó en el rostro a otra mujer de 58 años.
En ese momento intervino Pescador Guapacha, pero el agresor estaba tan enfurecido, que lo tiró al piso y le propinó cuatro puñaladas en el pecho.
Al agresor y a los heridos los llevaron al Hospital San Juan de Dios. Los más graves eran la enfermera y Pescador. A ellos los remitieron al Hospital Santa Sofía de Manizales, pero el hombre murió mientras recibía atención médica.
El responsable de la agresión quedó libre. Al parecer no lo puede procesar una autoridad judicial, debido a su edad avanzada.
El pasado domingo, mientras en la capilla del ancianato realizaban las exequias de la víctima, al agresor lo vieron en un parque conversando con algunas personas. Ayer nadie dio razón de él.
A ninguno le apareció familia, aunque señalan que el agresor tiene un hijo en Manizales.
A Duberney Hoyos Navarro, de 35 años, lo mataron en zona rural de Riosucio de tres disparos. El reporte policial indica que a la víctima, conductor de oficio, lo asesinaron en la vía que conduce de este municipio a la vereda La Esperanza, sector Santa Cecilia.
Conocidos del conductor señalaron que Hoyos salió el sábado en su yip Carpati a hacer su ruta hasta el sector El Salado, ubicado a 10 kilómetros de Riosucio. De regreso se vino vacío, pero, al parecer, cerca de Samaria lo abordaron y le dispararon.
Otro conductor de la cooperativa Cootransrío, la misma para que laboraba la víctima, encontró el carro estacionado en la carretera. Pensó que estaba varado, pero cuando se acercó vio a Hoyos muerto dentro del vehículo y dio aviso a las autoridades.
Por el momento sospechan de dos hombres, a quienes los residentes del sector vieron en una motocicleta. Las autoridades señalan que los móviles y los autores están por establecer. Sin embargo, la hipótesis más fuerte es que se trató de un atraco, pues dicen que a la víctima le faltaban varios objetos de valor y la plata del producido.
Ayer, a las 2:00 de la tarde, en el Templo San Sebastián, fueron las exequias del conductor, quien deja dos hijos y una esposa.
El domingo, a la 1:30 de la mañana, terminó de forma trágica una fiesta de 15 años a la que fue invitado Julián Andrés González Zamora, de 22 años.
Testigos comentan que un joven de 16 años, quien al parecer estaba bajo los efectos de alucinógenos, le buscó pelea a González Zamora, minero de oficio.
El problema aumentó hasta el punto que el adolescente agresivo sacó un puñal e hirió al minero en el cuello. Fue una herida extensa y profunda que prácticamente lo degolló.
Aunque lo alcanzaron a trasladar al Hospital San Juan de Dios, González murió mientras recibía atención de urgencia. La inspección del cadáver la realizó el CTI en la morgue del centro asistencial.
Amigos y allegados a la víctima se fueron sobre el joven, luego de que este apuñaló a González. Querían linchar al menor, quien se escondió en su casa, pero esto no era impedimento para la multitud enardecida, que quería entrar y acabar con él. La Policía llegó al lugar y lo aprehendió.
Gildardo González, hermano de la víctima, contó que Julián no estaba tomando porque tenía que madrugar a trabajar a la mina Los Perreros, con toda la familia.
La mayor tristeza para los parientes es que en los próximos días Julián esperaba conocer a su primer hijo, pues su esposa tiene ocho meses de embarazo.
Los familiares y amigos despidieron ayer a las 2:00 de la tarde al minero en el Templo Nuestra Señora de Las Mercedes.
Un sentido adiós le dieron Julián Andrés.
Hinchas del Atlético Nacional se pusieron de ruana a Riosucio el pasado domingo, luego de conocer la clasificación del club de fútbol a la final del torneo profesional colombiano.
Sin embargo, la celebración se desbordó. En la noche la fiesta se convirtió en vandalismo. Destruyeron vidrios de una entidad bancaria y un centro asistencial. Algunos vehículos, como el del político David Gutiérrez Estrada, sufrieron también las consecuencias.
Las autoridades esperan que las personas afectadas y ciudadanos denuncien con nombres propios a los causantes de los destrozos, para poder judicializarlos.
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