LA PATRIA | MANIZALES
Dejaban a los conductores tirados en la orilla de la carretera, con su capacidad de reacción diezmada y con riesgo de morir o ser atropellados. A Cabezón, Maicol, el Lento, el Abuelo y el Mono solo les interesaba robar.
Estos cinco sujetos hurtaban turbos NPR, Hino y NQR de estacas y que transportan refrigerados. Luego de ganarse la confianza de sus víctimas y darles escopolamina, las sacaban del automotor, las arrojaban a la vía, escapaban, desguazaban los carros y vendían las partes.
Nueve denuncias, de casos ocurridos en el tramo La Pintada-Buga (Valle), en Guaduas, vía Pereira-Manizales y La Felisa-La Virginia recibió la Sijín de la Seccional de Tránsito y Transporte de Caldas, que luego de unos nueve meses de investigaciones atrapó a estos delincuentes. En audiencia, los mandaron para la cárcel y solo uno, Maicol Leonel López Duque encargado de suministrar la sustancia para reducir a los conductores, aceptó cargos.
Por otro lado, los afectados no pudieron volver a trabajar. La escopolamina los afectó al punto de que cada vez que recuerdan los robos tienen pesadillas.
La investigación se inició tras el reporte de un robo en agosto del 2018, en La Felisa. Hallaron a un conductor abandonado en la vía. Le dieron escopolamina. La Policía dispuso de un grupo para dar con el paradero de los responsables.
"Cada mes hurtaban un vehículo. En enero recuperamos dos camiones en un taller en Anserma. Aprehendimos a una persona por receptación. Analizamos los casos que íbamos conociendo y vimos que era el mismo modo de operar. En Guaduas, en un puesto de control, encontramos a cinco personas en un Spark negro. Dos se identificaron con cédula falsa. Eran unos de los que ya teníamos reseñados", expresó un investigador. Con las víctimas, mediante fotos, lograron determinar que esos cinco eran los mismos que buscaban.
La banda empezó a transportarse en un Logan gris. Sus integrantes les hacían seguimiento a los conductores de ese tipo de turbos. Al darse cuenta de que iban sin carga, dos personas los esperaban en las vías nacionales y les ponían la mano en los resaltos para pagarles por llevarles una nevera o una lavadora hasta la ciudad más cercana.
Después de convencerlo le pedían parar para hacer necesidades fisiológicas o lo invitaban a tomarse un jugo o un tinto, con papas fritas. Solo se bajaba uno, que portaba un canguro en el pecho. El otro se quedaba con el conductor. El que hacía el mandado se encargaba de anexar la escopolamina a la bebida (no tenía medida exacta), seguían su camino y más adelante, cuando hacía efecto, le pedían que se detuviera, lo sacaban del carro y lo dejaban a orillas de la carretera.
"El vehículo seguía el recorrido, lo que no generaba sospecha en el seguimiento del GPS. Cuando llegaban al desguazadero retiraban el satelital y empezaban a desarmar para vender en todo el país. Las nueve víctimas no volvieron a trabajar. Sufren de nerviosismo", anotó.
El jueves los detuvieron en diferentes lugares, dos de ellos en Anserma, gracias a la interceptación de llamadas. "Que no le pase a nadie más. Ojalá los conductores sean cuidadosos. Tenemos nueve casos, pero pudieron ser más. Operan en todo el país", concluyó el uniformado.
En $1.200 millones está avaluada la pérdida por los vehículos robados. Vendían todas las partes. Las regrababan.
*Evite recoger extraños en las carreteras, incluyendo a trabajadoras sexuales.
*No reciba comida de desconocidos.
*Instale sistemas de seguridad, como cámaras en los carros.
*Comuníquese constantemente.
*Guarde en parqueaderos reconocidos por las empresas.
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