El sacerdote Francey Díaz Toro en junio de 2008, mes de la primera condena. Entonces tenía 51 años, hoy tiene 56.
A 45 años y 10 meses de prisión condenó ayer un juez de Belén de Umbría (Risaralda) al sacerdote José Francey Díaz Toro. El sentenciado permanece recluido en la cárcel de Anserma (Caldas).
Se le juzgó por el doble asesinato de su compañera sentimental, María del Carmen Arango Carmona, de 32 años, y de la hija de ambos, María Camila Díaz, de 5, ocurrido en febrero de 2007.
El caso parecía cerrado luego de la sentencia inicial de 23 años mediante un preacuerdo entre la Fiscalía y el acusado, pero el Tribunal Superior de Pereira anuló esta actuación hace un año tras una apelación. En consecuencia ordenó reiniciar el juicio sin otorgar rebajas.
El Tribunal dictaminó que la Fiscalía y el juzgador se equivocaron, pues no tuvieron en cuenta que para la época de los hechos ya estaba la Ley 1098 o código de infancia y adolescencia. La norma prohíbe otorgar beneficios cuando las víctimas son menores de edad.
Las apelaciones por esta condena no se hicieron esperar. Tanto la Fiscalía como el abogado de las víctimas pidieron que se impusiera la máxima permitida que son 60 años.
La defensa consideró que era excesiva y también pidió que el fallo fuera a segunda instancia. Le corresponderá al Tribunal Superior de Pereira resolver las apelaciones.
Además del proceso penal la familia de las víctimas adelanta una demanda de reparación contra la Iglesia Católica, por responsabilidad civil extracontractual.
En primera instancia la justicia falló a favor de los demandantes y condenó a la institución eclesiástica a pagar $ 600 millones. Sin embargo, los representantes del clero apelaron. El caso está para fallo de segunda instancia.
La investigación que lideró el entonces coordinador del CTI de Anserma, Eberet Palacio, permitió aclarar el doble homicidio, a partir de un negativo que no fue destruido en su totalidad por el fuego y los objetos metálicos de las víctimas.
El crimen lo cometieron el sacerdote con complicidad del sepulturero en la casa cural de Mistrató, en la noche del 13 de febrero de 2007.
La relación sentimental del clérigo con su compañera se había deteriorado. Ella lo visitaba cada 15 días, pero en un viaje supo que Díaz Toro tenía otra mujer. Ella amenazó con presentarse a los superiores y contar la verdad. Esa verdad era que los dos se habían conocido en Cauca, se enamoraron y tuvieron una hija.
Sin embargo, el sacerdote reaccionó de forma violenta y con un matero golpeó en la cabeza a la mujer, quien rodó por las escalas y murió.
Luego se dirigió a la habitación donde estaba la niña dormida. Con el mismo objeto la asesinó de un golpe tan fuerte que un pedazo del matero se incrustó en el cuero cabelludo.
Lo siguiente que hizo fue llamar al sepulturero. Entre los dos envolvieron los cuerpos, los subieron a un carro marca Samurai de la parroquia y salieron hacia Belén. Luego se desviaron hacia Anserma. Cerca del río Guática bajaron los cadáveres, les rociaron gasolina y con un fósforo les prendieron fuego.
El sacerdote regresó cinco horas después, lavó la sangre, pero dejó evidencias que los expertos fueron hallando durante la investigación, tras descubrir que el negativo encontrado con los cuerpos incinerados era la foto de la pareja y la niña.
Los hechos más importantes dentro del proceso son:
-Febrero de 2007:
Desaparición de María del Carmen y de María Camila, y posterior hallazgo de dos cuerpos incinerados en la vía Belén (Risaralda)-Anserma (Caldas). Tres meses duró la identificación.
-21 de noviembre de 2007
El CTI de Anserma captura al entonces sacerdote Francey Díaz Toro en el parque de Mistrató. En la audiencia de imputación de cargos no acepta su responsabilidad. Queda detenido en la cárcel de Anserma.
-Diciembre de 2007
Díaz Toro y la Fiscalía llegan a un preacuerdo por aceptación de cargos, que conlleva una rebaja de la mitad de la pena.
-Junio de 2008
El juez Promiscuo del Circuito de Belén de Umbría (Risaralda) avala el preacuerdo y fija la sentencia en 23 años de cárcel. La sentencia es apelada por las víctimas que la consideraron baja.
-4 de julio de 2008
El CTI de Anserma captura en Mistrató a Jorge Antonio Morales Ramírez, sepulturero del municipio y cómplice del sacerdote.
-Octubre de 2009
Condenan al sepulturero a 17 años de prisión, con aceptación de cargos, por su coautoría en el crimen.
-Julio de 2010
Condenan a la Iglesia Católica a pagar $ 600 a familiares por el crimen. La sentencia es apelada.
-23 de febrero de 2012
Tribunal Superior de Pereira anula el preacuerdo entre el sacerdote y la Fiscalía y ordena reiniciar el juicio.
-5 de junio de 2013
El juzgado de Belén condena al sacerdote a 45 años y 10 meses de prisión. Todas las partes apelan.
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