
Q'HUBO | LA PATRIA | Manizales
Dolidos, endeudados y hasta sin ganas de volver a hacer obras caritativas están al menos unas 30 o 40 personas que aseguran ser víctimas de Sandra Victoria, a quien señalan de haberlos estafado con dineros prestados, sueldos no pagados, instrumentos musicales y computadores que quedó debiendo.
Alba Lucía Henao fue vecina de Sandra Victoria, víctima y testigo de cómo la mujer tumbó a más de uno. Asegura que Sandra tenía una fundación llamada Abriendo Caminos, en la cual les daban clases de danzas, teatro y música a personas con problemas de drogadicción y prostitución.
Una oficina de esa entidad operaba en un apartamento del condominio Mirador del Bosque, en Villamaría. En ese conjunto vive Alba Lucía, quien relata que fue ahí donde conoció a Sandra.
"Una vez vino y tocó la puerta. Mi niña estaba sola y la enredó diciéndole que se le había perdido el bolso, que estaba encartada con el mercado y que no tenía cómo pagar el taxi. Mi pequeña le prestó $ 20 mil y con eso canceló la carrera", dijo Alba Lucía.
Agregó que de ahí en adelante la mujer siguió yendo a su casa a contarle que tenía problemas, que estaba mal económicamente, pero que tenía un proyecto con la alcaldía de Fresno (Tolima), por lo que estaba esperando que todo le saliera bien para superar la crisis.
Sandra le expuso la labor de su fundación a Alba Lucía y le ofreció trabajo como secretaria. La mujer aceptó la propuesta y trabajó durante varios meses en la entidad. Además, la convenció de que le prestara $1 millón 500 mil, que nunca le pagó.
"Al ver la obra de la fundación convencí a una hermana de que le prestara la plata. La mujer nos prometió que en diciembre, cuando le pagaran en Fresno, nos cancelaba a nosotras, pero mediados de enero se fue de acá y aparte de no pagarme los sueldos del tiempo trabajado, tampoco nos devolvió la plata que le prestamos", indicó.
Ni arriendos ni administración
Sandra siempre le dijo a Alba Lucía que el apartamento donde funcionaba la oficina era de ella y que en él vivía con una hija que tiene discapacidad física.
El día que se trasteó del lugar, la secretaria se enteró de que la gerente de Abriendo Caminos tenía el inmueble arrendado, que debía ocho meses de arriendo y $ 500 mil de administración.
Ese mismo día, Alba Lucía le reclamó su plata y le exigió que le dijera para dónde se iba a pasar. Aunque la mujer le dio una dirección falsa, la secretaria persiguió el camión hasta una vivienda en el barrio Alto del Portón, donde asegura que descargó los enseres.
"Días después fui a esa casa, pero una señora Marlén me abrió la puerta y me dijo que la conocía, pero que no estaba viviendo allá. Que Sandra le pidió que le guardara las cosas, le cuidara el perro y que no sabía para dónde se había ido", contó.
Q'Hubo contactó a Marlén, quien dijo que Sandra le había regalado el perro y que no era verdad que le guardó sus enseres. Añadió que fueron amigas, pero no sabe de su paradero.
En Fresno
También en Fresno hay personas que aseguran ser víctimas de Sandra. July, una joven que trabajó en la fundación durante mes y medio, asegura que le quedó debiendo $ 750 mil de sueldo. Agregó que desde que llevaba 15 días laborando todos los días iba gente a cobrarle plata.
"Una vez un señor todo enfurecido se llevó unas cosas que porque ella no le pagaba. Después la señora me pidió las llaves de la oficina y nunca más volvió a aparecer", dijo.
Q'Hubo estableció que la fundación Abriendo Caminos estaba legalmente constituida, que sí tenía un contrato con la Alcaldía de Fresno y que la administración le canceló en diciembre del año pasado $ 48 millones por los servicios prestados.
No pagó computador ni instrumentos
Álvaro Zapata, propietario del almacén de distribución y reparaciones de computadores Galileo, explicó que Sandra le compró dos computadores que le pagó de contado y que después le pidió uno a crédito, del cual le quedó debiendo $ 450 mil.
Por su parte, José Luis Castaño, propietario de un almacén de instrumentos musicales, afirmó que la mujer lo estafó en por lo menos $ 750 mil, pues le dio a crédito flautas, claves, cajas chinas y otros accesorios.
Como garantía Sandra a Zapata le presentó una letra y una copia del contrato que tenía con la Alcaldía de Fresno. Mientras a Castaño, además del mismo contrato, le dio otra documentación, pero no le pagó ni un solo peso.
Denunció a sus víctimas
Alba Lucía dice que Sandra denunció a todas las personas a las que les debe plata argumentando que la estaban persiguiendo y que temía por su seguridad. Las víctimas coincidieron en afirmar que les han dicho que Sandra huyó a Panamá.
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