
Miguel Ángel Cárdenas Roncancio le pegó tres puñaladas a su víctima, un menor de edad. Lesionó órganos vitales y puso en riesgo su vida. El ataque ocurrió en un sitio conocido como Puente Perfecta, cerca de la Escuela de Carabineros Alejandro Gutiérrez, de Manizales.
Las autoridades dieron con su paradero, porque el sujeto decidió entregarse. Lo llevaron a audiencia, se legalizó la aprehensión, pero la Fiscalía no imputó cargos. Quedó libre.
El 6 de diciembre de 2016 sí se hizo la imputación, ante el Juzgado Octavo Penal con Función de Control de Garantías por tentativa de homicidio. No aceptó y no le dictaron medida de aseguramiento. Se fue a juicio ante el Juzgado Séptimo Penal del Circuito de Manizales, que en octubre pasado lo condenó a 8 años y cuatro meses de prisión, además ordenó su detención.
Esta semana, el Tribunal Superior de Manizales confirmó esa sentencia por tentativa de homicidio. Se les dio valor a lo narrado por la víctima y por un centinela de la Escuela de Carabineros.
El hecho ocurrió el 9 de diciembre de 2013. La declaración del estudiante policial fue vital. Contó como llegaron los dos jóvenes al lugar, quién lanzó piedras, quién lesionó a quien, dónde guardaba el arma blanca, dónde la arrojó y por dónde escapó.
La víctima, que vive en el sector, explicó que salió de una fiesta en La Cumbre, con rumbo a La Sultana y le hizo un mal gesto a Miguel Ángel, este se ofendió y lo persiguió. Le lanzó una piedra, que pegó en la puerta de su casa. Luego se generó una pelea, al menor se le cayó un cuchillo que llevaba, su victimario lo recogió y lo apuñaló.
Miguel Ángel aseguró que fue al revés: que el menor lo persiguió, pero esta declaración se desvirtuó con lo dicho por testigos. El centinela aseguró que vio todo. Que si no le hacía ruido detrás de la malla, terminaba matándolo. Se desestimó la circunstancia de ira e intenso dolor.
"Mi cliente lo que hizo fue defenderse", aseguró el defensor del sindicado, en su apelación. Anotó que salió a tomar aire luego de ingerir cerveza, el menor se le acercó y lo atacó con cuchillo. Cogió unas piedras para defenderse, se las lanzó, le quitó el cuchillo en un forcejeo, lo lanzó al río, siguió para su casa y luego llegó la Policía a detenerlo.
"No me percaté de que quedó herido. Quizá las puñaladas fueron durante el forcejeo", relató el sindicado.
El Tribunal dijo: Haciendo un examen de las pruebas llegamos al convencimiento de que Miguel Ángel conscientemente falta a la verdad y rinde explicaciones falsas, con el propósito de eludir su responsabilidad penal, hasta decir que el menor resultó herido por accidente. En ningún momento ejerció la defensa justa. Ante una provocación reaccionó en forma desproporcionada y voluntariamente corrió a enfrentarse con él.
La magistrada Dennys Marina Garzón hizo salvamento de voto, pues consideró que se debió reconocer una legítima defensa.
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