
LA PATRIA | MANIZALES
Las condenas que la justicia le ha impuesto a Sebastián González Ortega, alias Cepillo, llegan, al menos, a 200 años. Le han demostrado 33 homicidios.
Al condenado, un exsicario que cumplía órdenes de las Auc para hacer limpieza social en sectores de Manizales y Villamaría, lo sentenciaron ayer a 16 años y 11 meses más de prisión por la muerte de Claudia Marcela Gutiérrez, alias Lala.
Luego de seguirla durante varios días, el gatillero notó que ella, al mediodía, llevaba a su hijo a la escuela San Vicente de Paúl, en el barrio El Carmen.
El 17 de julio del 2009, a esa hora, Cepillo llegó en moto a una casa de la carrera 29 con calle 18A. La mujer salió con su hijo y el condenado la estrujó. Cuando cayó, le propinó tres disparos en la cabeza, le pasó el arma a otro cómplice y huyó. Lala falleció allí.
Cepillo tenía la orden de asesinarla, al parecer, porque la acusaban de vender estupefacientes en la zona.
El condenado reconoció este asesinato el pasado 30 de junio, lo que le dio derecho al 50% de descuento en la pena.
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