LA PATRIA | MANIZALES
La masacre que estremeció a Manizales el pasado 5 de abril se dio ante una lucha por la venta de estupefacientes. Ese día, las autoridades encontraron en una finca de la vereda La Garrucha, amarrados y con tiros de gracia, los cuerpos de Yony Esteban Echeverry Salazar, de Palestina; Édgar Ocampo Alarcón, de El Cairo (Valle); Diego Quintana González, de Manizales y Nilson de Jesús Guevara, de Bonafont (Riosucio).
Ayer, 28 días después, Sijín y CTI reportaron los primeros resultados: la captura de tres personas relacionadas supuestamente con ese hecho. En la madrugada, en Neira, Tres Puertas y Palestina, detuvieron a los hermanos conocidos con los alias de Carecortada y Ojón. Además de otro sujeto apodado Gilberto. Serían los autores intelectuales. Faltaría uno más por aprehender.
LA PATRIA conoció extraoficialmente que los hermanos serían los líderes de una banda de distribución de droga en Palestina, especialmente en los sectores de Fundadores y Bello Horizonte. Las autoridades ya les habrían hecho un operativo, pero escaparon. También se escondían en una finca en Neira.
Sin embargo, ayer sí dieron con su paradero. En cinco allanamientos no solo los capturaron a ellos, sino también a una mujer, compañera sentimental de uno de los aprehendidos, con dosis de droga. Adicionalmente, a otro sujeto, con arma de fuego.
Las muertes se habrían dado porque Echeverry Salazar, el fallecido natural de Palestina, se les apartó de la banda a los dos hermanos y se desplazó hacia el corredor entre Neira y La Garrucha, para montar su propia línea de expendio de droga. Esto no les gustó a los hermanos, pues ya estaban ingresando a vender a esa zona y no querían que les quitaran el negocio.
El palestinense puso a trabajar con él a los otros tres asesinados. Incluso, el día de la inspección técnica de los cuerpos las autoridades hallaron dosis de estupefacientes, empacadas, en la finca.
El pasado 12 de abril, el ministro de Defensa, Luis Carlos Villegas, aseguró en Manizales que la masacre era un ejemplo clásico del nuevo mundo del crimen.
"Apunta a que el narcotráfico, en su microdistribución, es el ambiente en el que ocurrió el hecho. Tenemos un joven asesinado, con vínculos con la distribución de drogas; un señor mayor, que tenía tradición en la zona en la venta de estupefacientes, y dos campesinos que ayudaban en la venta. La banda que cometió esta masacre quería quedarse con las rentas ilícitas de este microterritorio", explicó.
A los masacrados los encontraron en varias habitaciones. Echeverry Salazar, el de Palestina, estaba reportado como desaparecido desde dos días antes. Un allegado viajó hasta la vereda La Garrucha, donde decían que lo habían visto. Luego de preguntar en la zona arribó a una finca del sector conocido como La Última Copa. Lo encontró muerto. Avisó a la Policía de Lisboa. Los uniformados acudieron y se encontraron con la macabra escena: no era uno sino cuatro los asesinados. Una masacre así no ocurría hace 10 años en la capital caldense.
El corredor entre Quiebra de Vélez-Lisboa-Kilómetro 41 fue, el año pasado, escenario de varios homicidios, al parecer relacionados con venta de estupefacientes, según explicaron las autoridades en su momento.
Se investiga si Carecortada y Ojón tendrían relación con las muertes de un adulto y un menor de edad, hallados enterrados. Al parecer, los asesinaron porque desertaron de la línea de microtráfico.
29 homicidios este año en Manizales.
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