Capturados exmilitares por falso positivo

La medida de aseguramiento la dictó el Juzgado primero penal municipal de Pereira.

La medida privativa de la libertad, solicitada por la Fiscalía, afecta a tres exsoldados: uno profesional y dos regulares que ya cumplen condenas por otros delitos.

Según la Fiscalía 57 de la Unidad Nacional de Derechos Humanos, el 16 de marzo del 2007 en la vereda Laureles, de Segovia (Antioquia), tropas del Batallón Pedro Nel Ospina, de Medellín, y del Batallón Vial Energético 8 ultimaron a tres campesinos y los presentaron como miembros de las Farc abatidos en combate.

De las tres armas de fuego que supuestamente se incautaron, la Fiscalía estableció que una no era apta para disparar, con lo cual desvirtuó que se tratara de un operativo.

En el hecho murieron Diego Ferney Jiménez Montoya, Julián Andrés Hernández Henao e Inri de Jesús Alzate Alzate, reclutados en Belalcázar, quienes viajaron a Medellín por una falsa oferta laboral de Luis Norberto Serna, sentenciado a 32 años de prisión luego de aceptar los delitos de concierto para delinquir, homicidio y porte ilegal de armas.

Al término de la audiencia de imputación de cargos ninguno de los exmilitares se allanó a los cargos, pero permanecen privados de la libertad en las cárceles de Salamina, la Picaleña de Ibagué y La 40 de Pereira, donde purgan condenas por otros punibles.

Por estos crímenes, otras 12 personas son procesadas y cumplen medida de aseguramiento en la cárcel.

Los capturados

Según la Fiscalía, Jhon Fredy Quintero Henao, exsoldado profesional, está condenado por posesión y distribución de estupefacientes y porte ilegal de armas; a Jesús Antonio Arias Valencia, exsoldado regular, lo sentenciaron por concierto para delinquir y porte de estupefacientes; y a Luis Antonio Arboleda Velásquez, exsoldado regular, lo condenaron por hurto calificado y agravado y porte ilegal de armas.

Reclutados

Rogelio Pineda, expersonero y actual alcalde de Belalcázar, señaló que como funcionario del Ministerio público recibió las denuncias de las familias, quienes manifestaron en su momento que a los jóvenes, al parecer previamente contactados, los llamaron y se fueron de viaje. Luego supieron de ellos cuando aparecieron muertos y presentados como supuestos guerrilleros.