
Las numerosas patadas que recibió María Cristina Román Céspedes, el Día de la Madre, acabaron con su vida dos semanas después. Ella, de 36 años, viajó desde Villamaría a Bogotá, adonde su esposo, pero lo que único que halló fue la muerte.
Ayer, en medio del desconcierto y el enojo de sus familiares y amigos, la enterraron en el cementerio del municipio vecino de Manizales.
La verdad de lo sucedido debería reposar en una investigación de las autoridades en la Capital de la República. Sin embargo, el único nombre que ella mencionó no figura con requerimientos de la justicia.
Adriana María Duque Román, prima de la víctima, quien la consideraba como una hermana, lanzó ayer un mensaje contundente a las mujeres: "reaccionemos, defendámonos, demandemos, pero ya no más violencia contra las mujeres".
Viaje a la muerte
El día especial del año para las mamás debía ser feliz para María Cristina. Ella recibió un giro de su esposo el jueves anterior y viajó a Bogotá. Él está radicado allá hace siete meses en donde vende calzado, pues se quedó sin trabajo en Caldas. Antes laboraba en una fábrica de alimentos en Chinchiná.
Adriana cuenta que la trágica llamada la recibió la mamá de Cristina, Rosalba Céspedes, cerca de las 2:00 de la mañana del 13 mayo. "Auxilio, socorro, Fredy me mató, quiero que me lleven al hospital", aseguran que fueron estas sus palabras.
Agrega que los papás organizaron viaje de inmediato para la Capital. Al llegar encontraron a Cristina internada en el Hospital de Kennedy. Se enteraron del ataque a patadas. Estaba aporreada en todo el cuerpo, además sufrió graves hematomas en la cabeza.
Los golpes fueron tan fuertes que le destrozaron varios órganos internos. Según la prima, lo otro que supieron los progenitores es que luego de la llamada la víctima salió a la calle y le pidió a una joven que la llevara al hospital, pero esta respondió que no tenía dinero. Cristina dijo que contaba con $ 4 mil pesos. Unos vecinos se solidarizaron, la subieron en un taxi y la llevaron hasta el centro asistencial.
Con muchos esfuerzos económicos los padres de la señora golpeada se mantuvieron durante dos semanas en Bogotá, pendientes de la salud de su hija. Pero la salud de ella empeoró cada día y el pasado lunes murió. Desde antes le habían diagnosticado muerte cerebral.
El traslado del cuerpo fue la otra tragedia de la familia, pues no tenía recursos. Les tocó acudir a la Alcaldía de Villamaría, donde les prestaron toda la colaboración y se encargaron del transporte del féretro desde Bogotá.
Tras la muerte de Cristina queda huérfana una niña de 7 años, producto de 11 años de matrimonio.
Durante la velación ocurrió un incidente con el esposo de Cristina. La familia de la víctima no le permitió acercarse. La Policía de Villamaría intervino y lo escoltaron afuera del municipio.

María Cristina Román Céspedes, de 36 años.
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