LA PATRIA | MANIZALES
Subidos en tres buses escolares con capacidad para unos 15 pasajeros, los niños del barrio La Frontera de Chinchiná inician su camino al jardín. Unos se despiden felices de sus madres, otro llora mientras le dice adiós a su abuela, pero no da muestras de quererse bajar.
Mientras ellos estudian, algunos padres cogen camino a la ribera del río Chinchiná a sacar arena, otros a recolectar café o a trabajar como ayudantes de construcción. No son delincuentes. En su municipio están matando menos y de La Frontera queda solo la mala percepción.
Sus habitantes sienten que pertenecer a este barrio que consideran económico, en donde pueden construir hasta cambuches para poder vivir, y a donde llegaron muchos desplazados por la violencia, implica cargar con el mote de criminales.
En La Frontera se siente otro ambiente, que es un reflejo de Chinchiná, que pasó de tener 41 asesinatos en el 2014 (cinco de ellos en este barrio), a 18 en el 2015, cuando se registraron tres en el mismo sector, es decir, dos menos. Además, desde septiembre pasado no matan en ese sector.
Los trabajos de prevención, acercamiento con la comunidad y la presencia constante de un CAI móvil y de un cuadrante que inició el coronel José Óscar Jaramillo, anterior comandante del Distrito, los continuó el teniente coronel Francisco Arias, desde mayo del 2015.
Eso lo resaltan los líderes de la Junta de Acción Comunal Alirio Restrepo, quien lleva 13 años en el barrio y la violencia lo obligó a huir del oriente de Caldas; y José Hernán Heredia, de los primeros en llegar hace 25 años.
En La Frontera se mezclan algunas calles pavimentadas con otras angostas y que parecen más caminos veredales. En la salida a Manizales se aprecia el sector en donde habitan unas tres mil personas de bajos recursos, trabajadoras, honradas y que esperan que al nombrar a su barrio se hable del lugar que se cura de la violencia.
Cerca pasa el río Chinchiná, de hecho están en zona de riesgo del Nevado del Ruiz por posibles inundaciones en caso de erupción. Los rodea la naturaleza y con la vegetación se mezclan pequeñas plantaciones de café y de plátano.
Aunque con poco, sienten que ahora viven mejor, agradecen la seguridad que se vive, pero esperan que el Estado se acuerde de ellos, que para progresar necesitan que no dejen de darles oportunidades y que en su pueblo recuerden que la gente de La Frontera no es como la pintan.
La prevención
La zona compuesta por Manzanares, Pensilvania y Marquetalia pasó de cuatro casos en el 2014 a 13 en el 2015. El teniente Johan Mauricio Leyva, comandante del Distrito, sostuvo que la principal causa fue la intolerancia, que propiciada por el consumo de alcohol, desencadenó en riñas.
Manzanares estuvo casi dos años sin homicidios, luego se registró uno durante el 2014, pero llegó en el 2015 a cinco casos. El 23 de mayo fue el último.
"Llegamos a las veredas. Donde hay alcohol se presentan las riñas y el posterior homicidio. Hacemos campañas contra las lesiones personales y cambio de armamento por mercado, en compañía con la Alcaldía. Se dan charlas para que la gente conozca las consecuencias", concluyó el comandante.
En el Distrito Salamina, dos municipios, Marulanda y Filadelfia, no registraron homicidios. El teniente Andrés Felipe Jiménez, comandante en el sector, resaltó el trabajo para reconocer los sitios de alto impacto, que se intervinieron con actividades comunitarias y más presencia policial.
"Nos dimos cuenta de que gran parte de delitos los cometen los menores de edad. Adelantamos campañas en los colegios, actividades recreativas y ciclovías nocturnas. Montaremos tarimas para hacer gimnasia y aeróbicos", añadió Jiménez.
Menos violentos
Durante el 2015 se registraron 220 homicidios en Caldas, incluida Manizales, mientras que en el 2014 hubo 268, 48 casos menos.
En el Área Metropolitana, que comprende a la capital y a Villamaría, ocurrieron 90 asesinatos durante el 2015. En el 2014 hubo 109, 19 menos.
Guerra de combos en Manizales
Las autoridades niegan la existencia de fronteras invisibles. Sin embargo, habitantes de barrios como Solferino y Campoamor en Manizales aseguran que existen y que las guerras de los combos por dominar territorios dejaron muertos.
En Solferino hubo tres homicidios relacionados a la disputa entre integrantes del Lavadero y el Estanquillo.
En Campoamor surgió un problema entre integrantes de Patio Feo y la 31. Todo se inició el 25 de diciembre del 2014 con el homicidio de César Augusto Moreno. En el 2015 murieron dos jóvenes relacionados con ambos bandos. Ahora se busca un pacto de paz entre ellos.
El caso Anserma
El 2016 empezó en relativa calma para Anserma, el municipio que presentó la cifra más preocupante para las autoridades en el 2015, pues se registraron 18 homicidios, cinco más que en el 2014. Este año no se han reportado casos.
La principal causa tuvo que ver con el dominio de territorios para el expendio de estupefacientes. Habitantes del municipio aseguraron que muchos asesinatos se relacionaron con grupos de limpieza social.
El coronel Necton Lincoln Borja, comandante de la Policía Caldas, envío grupos de reacción y reforzó los equipos de investigación. Espera que los resultados se vean.
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