LA PATRIA | MANIZALES
Desde el miércoles y posiblemente hasta hoy se ejecutan en Manizales, Eje Cafetero y Boyacá diligencias de notificación del inicio del proceso de extinción de dominio a bienes del manizaleño Gonzalo Mejía Sanín, de 68 años, apodado el Chinche, primer narcotraficante que se entregó en Colombia, el 26 de noviembre de 1990, amparado en el Decreto 2047 sobre rebaja de penas por sometimiento a la justicia, en la presidencia de César Gaviria.
Según conoció LA PATRIA, se aplica a bienes avaluados en unos $52 mil millones. Hasta ayer habían notificado en fincas, casas y predios por valor de $23 mil millones. La operación la encabeza la Sijín de la capital caldense.
¿Por qué apenas ahora? Al parecer, el Chinche no los dio a conocer cuando se acogió a la justicia. Pese a eso, la extinción no tiene prescripción, es decir, que se puede aplicar en cualquier época.
La extinción de dominio no implica una ocupación inmediata por la fuerza legítima del Estado a bienes obtenidos con recursos ilícitos, sino que se trata de un proceso iniciado por la Fiscalía en el que se notifica al implicado o quien aparezca como titular, para que presente recursos contra la resolución que respalda el procedimiento.
Si el notificado tiene la razón se archiva el proceso. De lo contrario, continúa. En el trámite se pueden aplicar medidas cautelares para evitar, entre otras, el traspaso de la propiedad. La decisión final la adoptará un juez luego de practicar las pruebas que requiere un proceso judicial.
En noviembre de 1993, el caldense quedó libre por pena cumplida. Estuvo encerrado dos años y nueve meses en La Blanca, después de haber sido condenado a 15 años.
La pena se le redujo a seis años y luego obtuvo otra disminución de 3 años por buena conducta y días trabajados como instructor de metalmecánica, soldadura, fundición, pintura, entre otros.
Estudió en Colseñora, hasta tercero de bachillerato. Según le contó a la Revista Semana en una entrevista, viajó a Estados Unidos como ilegal, estudió, fue lavaplatos, mesero y parqueaba carros en los hoteles. En 1981, unos amigos le propusieron ingresar al negocio de las drogas, "para hacer plata fácil. Trabajé para Carlos Ledher", era mi patrón". Regresó a Colombia tres años después. En su sometimiento entregó 60 mil dólares y un carro, según la entrevista.
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