LA PATRIA | MANIZALES
Varios comandantes de la Policía pasaron por Manizales, desde cuando era solo la Policía Caldas y luego cuando se constituyó la Metropolitana. La mayoría se fue sin descifrar el enigma de unas armas de fuego únicas, pues no se veían en otra parte del país.
Las marcas AK Brasil, Feroza Brasil y Favela Brasil, eran de dos cañones para sendos disparos. “Llegamos a pensar que en realidad eran traídas de ese país”, comentó un investigador.
También se sospechó de un lugar conocido como La Ebanistería en Solferino, pero luego se descartó.
Todo se movía en torno a Ovidio, de quien no se tenían datos. Ni una huella digital, una fotografía, referencia de domicilio o trabajo. Era un mito, según la investigación y lo reiteran los policías judiciales asignados al caso.
En la escena aparecieron alias el Perro, Melli o Mello, Toño y otros, incluyendo dos mujeres que servían de intermediarias en la negociación de las armas.
El Perro
Este hombre fue uno de los eslabones al que se le dedicó más tiempo. En las interceptaciones legalmente obtenidas hacía referencia a alias Ovidio. Todos usaban palabras clave para las armas como negocito, mellizas, cosiámpiro, tías, entre otras. A las balas les decían frijolitos o pilas.
En un seguimiento los investigadores descubrieron que estaba en proceso la venta de un arma, la cual fue clave para implicar al mismo Ovidio. La entrega se haría en el barrio Galán.
Tan pronto se materializa la transacción a un hombre que iba en moto, la policía del cuadrante intenta hacerle el pare. El sujeto se devolvió, arrojó un bolso y huyó. El uniformado va por el elemento desechado y descubre el arma.
Las autoridades averiguaron en los lugares dónde vendían tubos especiales, que podían resistir el calor que genera un disparo. Lo encontraron y así obtuvieron el nombre del comprador. Alias Ovidio en realidad tiene un nombre muy distinto.
Posteriormente, una prueba pericial al arma incautada en Galán y los tubos de la calidad vendida a Ovidio dieron como resultado que tenían una composición idéntica.
Melli
Alias Melli o Mello quedó en evidencia a través de las interceptaciones y seguimientos como comercializador de las armas que fabricaba Ovidio, pero también de otras industriales.
En una ocasión se escucha a un hombre, al parecer del combo Las Águilas del barrio Nevado, quien le solicita a Melli una granada. Este lo corrige y le dice que es una papita.
En otra grabación le encomienda a otro vinculado a la investigación que apuñale a una mujer, porque al parecer lo está delatando. Por esta vuelta le ofrece $100 mil.
Fábrica y marca
Las pesquisas llevaron a las autoridades a un taller de soldadura en el Pabellón 3 de la Galería, que fue allanado la semana pasada. Al tiempo descubren la razón por la que la mayor parte de las incautaciones de estas armas se dan en Ciudadela del Norte: el señalado fabricante vive en Solferino.
Si bien alias Ovidio no registra antecedentes, ni anotaciones de ninguna clase, en el 2004 obtuvo un permiso para porte de armas en la población de El Encanto (Amazonas).
Para las autoridades este detalle le dio sentido al porqué de las marcas de las armas, que se empezaron a incautar en el 2005 solo en Caldas y algunos municipios vecinos.
Toño, el amigo
Toño cierra el círculo de la investigación, pues aparece como intermediario en varios negocios de reparación de armas y por su forma de expresarse es cercano a Ovidio, pero también participa en la comercialización de ellas.
Allanamiento a la residencia de Ovidio.
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015