La zona rural de Samaná volvió a ser escenario de homicidios, luego de 62 días en los que no se reportaron hechos de sangre. En 48 horas asesinaron a dos personas en sitios diferentes del corregimiento de Encimadas.
Los hechos ocurrieron en zonas apartadas, por lo que la Policía dispuso de operativos de seguridad para garantizar la integridad de los investigadores de la Sijín que ayer, al cierre de esta edición, iban por los cuerpos de las víctimas.
El primer homicidio al parecer ocurrió el pasado domingo cerca al corregimiento. Sin embargo, solo descubrieron el cuerpo ayer. Allí mataron a Luis Javier García Valencia, de 56 años. Esta persona se dedicaba a las labores del campo y también comerciaba con chatarra. Lo conocían con el sobrenombre de Chiqui.
De acuerdo con el informe policial García Valencia, residente en la vereda El Retiro, tiene heridas en el mentón y en el lado izquierdo del pecho, hechas con arma blanca.
La segunda víctima la reportaron en la vereda Viboral, también jurisdicción de Encimadas. Según conoció este medio, allí asesinaron al agricultor Edwin Ortiz Torres, de 26 años. Las versiones que se tienen es que perdió la vida a raíz de un disparo de escopeta.
La Policía indico que el cuerpo tiene heridas en el cuello, el pómulo y el pecho. Los investigadores afirman que las heridas las causaron con un changón de perdigones. La víctima residía en la vereda donde lo mataron.
El corregimiento de Encimadas queda a dos horas de la cabecera municipal, mientras que para llegar a la vereda Viboral hay que pasar por este centro poblado y continuar otra media hora por caminos en regular estado, que dificultan el acceso.
Habitantes del casco urbano de Samaná comentaron que ayer en la mañana hubo un movimiento y presencia de policías mayor de lo acostumbrado. Se trataba de los preparativos que hicieron los uniformados para desplazarse hasta los puntos donde ocurrieron los homicidios.
El asesinato más reciente en jurisdicción de Samaná ocurrió en la vereda Cristales el pasado 24 de septiembre. Allí dos hombres mataron de varias puñaladas a Merardo Granada Echavarría, de 30 años. Ese día una patrulla del Batallón Ayacucho hacía presencia cerca al lugar del crimen, lo que les permitió a los militares reaccionar y capturar a los responsables.
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