JUAN PABLO GÓMEZ
COLPRENSA | LA PATRIA
A su paso por cada ciudad, Roberto Hernández Ossa, alias Cambo, cabecilla de La Oficina, dejaba una esposa. "Tiene más de 50 matrimonios civiles", se lee en un aparte del expediente en su contra.
En Manizales, donde lo capturaron a mitad de semana, ya tenía programada otra ceremonia. Él cayó en un reconocido hotel de El Cable, donde se alojaba desde hace varios días. Lo señalan de pertenecer a un consorcio criminal que servía de enlace entre narcos colombianos, la mafia italiana y los carteles mexicanos.
Fueron 14 capturas en Bogotá, Medellín, Manizales, Valledupar, Santa Marta y algunos municipios de Antioquia, La Guajira, Bolívar y Boyacá. A todos les notificaron la orden de extradición, al igual que a Ovidio Isaza Gómez, alias Roque, hijo de Ramón Isaza,
Caso
Como suele suceder, a Cambo no le figuraban bienes a su nombre. Esa es la otra línea de investigación que se adelanta para establecer a dónde fue a parar el dinero de las rentas criminales provenientes de tráfico de alcaloides.
"Teníamos que ser precisos. Las capturas tenían que hacerse al mismo tiempo. Ni un minuto antes ni uno después. Sincronizados. De no haber sido así, entre ellos se hubieran comunicado y escapado, y el trabajo de tres años, con cientos de horas de interceptaciones, seguimientos, infiltraciones, descifrando códigos y perfiles delictivos se hubiera ido al carajo. Así lo hicimos".
El testimonio es del oficial de la Policía de Carabineros que participó en una de las investigaciones más complejas de los últimos años. Empezó en el 2016 como un expediente por irregularidades en la venta de hidrocarburos en Magdalena y Bolívar, donde ubicaron estaciones de gasolina cuyas ventas sobrepasaban la cantidad de automotores en las zonas en las que estaban.
Tras unas averiguaciones y verificación de informaciones de diferentes fuentes la sospecha se confirmó: la gasolina era desviada a laboratorios para el procesamiento de cocaína. Lo segundo que comprobaron era que la droga le pertenecía a la banda de Los Pachenca, cuyo jefe es conocido como Chucho Mercancía.
“Eran unas 10 bombas. Y empezamos la nueva línea de investigación con interceptaciones, recolección de información, seguimientos y a perfilar posibles identidades. Ahí fue cuando individualizamos a una mujer a la que le decían la Negra y que coordinaba varios temas. Empezamos a halar la pita".
Que una mujer estuviera articulando temas de drogas vía telefónica con varios hombres y que, además, hablara de grandes negocios que incluían cargamentos y armas los llevó a intuir que era un pez gordo en la organización. Sin embargo, iba más allá de la Negra, ya que sus interlocutores eran peces casi o más gordos que ella.
Un primer descubrimiento fue que ella hacía parte del Clan del Golfo. ¿Qué hace una mujer de esta banda hablando con gente de Los Pachenca? Fue un interrogante que tuvieron que sortear los investigadores para poder armar el organigrama de la banda que estaba detrás del envío de droga al exterior, principalmente a los Estados Unidos, por lo que en este momento ya había efectivos de la DEA colaborando con los colombianos.
Rastreos
Los rastreos telefónicos se intensificaron y ya no eran dos sino cuatro los carteles que se aliaron para sacar cocaína. A los ya mencionados se unieron el Clan de Oriente y la llamada Oficina, anteriormente conocida como de Envigado. No obstante, un quinto grupo estaba próximo a ser descubierto en la operación (ver recuadro).
El siguiente descubrimiento tuvo que ver con las mafias italianas y mexicanas, pues a través de un enlace, quien se identificaba como Hitler, se coordinaba para que los estupefacientes llegaran al Viejo Continente. Así las cosas, al expediente se engrosó con la confirmación de que cargamentos de droga estaban llegando a Canadá, España, Italia, Alemania, Bélgica, Holanda, Australia y varios países de Asia.
Contrario a lo que sucede en otras operaciones, el organigrama del consorcio no tenía la estructura tradicional de una cabeza o un jefe visible. Al tener la misma condición en sus respectivas bandas se optó por una configuración horizontal.
"Fue muy particular porque nadie le rendía pleitesía a nadie, ya que todos tenían la misma importancia en cada organización y por eso la importancia de la colaboración con las autoridades de los Estados Unidos. Esperemos que para el bien del país entreguen datos clave de otras asociaciones para traficar con drogas", señala el coronel Gustavo Hernando Moreno Miranda, subdirector de Carabineros y Seguridad Rural de la Policía.
Cuando el rompecabezas ya tenía más forma, las infiltraciones fueron importantes. La operación fue catalogada como prioridad y se escogieron hombres y mujeres de las más altas cualidades, entre ellas la de la discreción. Fue así como lograron acercarse, incluso, a las reuniones que sostenían los emisarios de cada cartel.
"Los encuentros se realizaban en Santa Marta, Medellín o en el Magdalena Medio, todo dependiendo de lo que se necesitara. Pero siempre en un punto que generara confianza entre ellos. A diferencia de los narcos de hace unas décadas, los de ahora no son tan ostentosos y son de bajo perfil”, añade el investigador.
De allí que la mayoría de esas reuniones se celebraron en centros comerciales o en fincas poco llamativas. Lo que nunca dejaron fue el gusto por los carros de alta gama, de las características que quedó en el expediente que le abrieron a alias Cambo, el detenido en Manizales, tras una persecución por cuatro ciudades.
Capturas
El final de la operación reportó la detención de 14 personas que tendrán que responder ante una Corte del estado de Texas por delitos relacionados con el narcotráfico. De su colaboración con las autoridades estadounidense depende una rebaja en la pena, ya que ese tribunal es reconocido por la severidad en las condenas.
Por eso la minucia en la operación fue de filigrana. Por las interceptaciones establecieron que de los más activos participantes de este consorcio era alias Justiciero, quien pese a estar en la cárcel de Cómbita tenía contacto permanente con sus emisarios que llevaban sus razones. Se trata del hijo de Ramón Isaza, excomandante de las Auc del Magdalena Medio.
La hora cero del operativo se lanzó cuando María Georgina Arango Marín, esposa del Justiciero, ingresó al penal de Cómbita para visitarlo. Una verificación rápida con las demás unidades confirmó que todas tenían a sus objetivos en la mira, por lo que se dio la orden de actuar.
"En las cuatro horas que ella dura incomunicada dentro de la cárcel las aprovechamos para lanzar el operativo contra los otros cabecillas. Al salir ella del penal se dio cuenta de que el consorcio había sido desmantelado", relata el investigador. Añade que la operación contó con la participación de cinco fiscales de Estados Unidos y ocho agentes de la DEA.
Hasta el último momento se mantuvo la incertidumbre del arresto de Cambo, el escurridizo hombre de La Oficina, pues durante un lapso de la investigación no se tuvo rastro de él. Desde entonces descubrieron que cambiaba entre dos y tres veces por semana de número de celular para evitar rastreos.
También notaron que se movía en diferentes carros, todos de gama alta. De hecho, en el momento de su arresto tenía un Audi de última generación. Ya había vivido en Medellín, Cali, Pereira y finalmente la capital caldense.
Se conoció que siempre a su lado tenía un escolta, incluso en algunas noches cuando, se presume, descansaba en su elegante casa de Envigado. A manera de fachada, decía ser un próspero empresario en ocasiones de finca raíz y en otras ocasiones se presentaba como comerciante de productos del agro, particularmente del sector lechero.
Le gustaba asistir a las ferias de pueblo y visitaba establecimientos nocturnos, que ahora están en la mira de las autoridades, ya que se tiene la sospecha de que allí están llegando dineros del narcotráfico.
Por su parte, a la Negra la arrestaron a las afueras de un centro comercial en el sector de Manrique, en la capital antioqueña, luego de reunirse con jefes de las llamadas organizaciones integradas al narcotráfico, conocidas como Odín.
"Estaba cambiada con respecto a las fotos que teníamos de ella en las que se le veía delgada, ahora tenía varios kilos de más", detalló el oficial de la Policía de Carabineros.
En el transcurso de la investigación la perfilaron como una mujer de temple que se caracterizaba por su frialdad. “En ocasiones decíamos que tiene más miedo el diablo que ella”.
Una frase que la Negra le dijo al hombre que la arrestó terminó ratificando que la operación fue más que perfecta: Usted tiene cara de todo, menos de policía. Nunca lo imaginé. Yo sé lo que debo, déjeme llamar a mis abogados en Estados Unidos".
Durante la investigación descubrieron nexos entre los capos de las cuatro organizaciones y el Eln. La participación de los frentes de esta guerrilla, que están asentadas en Antioquia y el sur de Bolívar, recibían armas a cambio de droga. El armamento, conforme reza en el expediente, llegaba desde Centroamérica y se negociaba por valores que oscilaban entre 15 millones y 20 millones de pesos, principalmente fusiles M16.
En las interceptaciones a los intermediarios de este consorcio también figuran conversaciones por WhatsApp que revelan el tipo de armamento que negociaban entre ellos.
Según la Fiscalía, hay evidencias del envío de tres toneladas de clorhidrato de cocaína, que salieron del Caribe y Pacifico colombiano hacia Centroamérica, a través de lanchas rápidas y embarcaciones de tipo artesanal. También usaban rutas aéreas. Las ganancias alcanzaron los 90 millones de dólares.
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Manizales. Aunque en Caldas no se han dado las grandes vendettas entre grupos narcotraficantes, sí han caído duros del negocio que han tratado de evadir la acción de las autoridades camuflados entre la calma y calidad de vida que se respiran en suelo caldense.
En la década reciente han sido varios los capturados que han tenido papeles determinantes en grupos o carteles.
Febrero del 2013
Hernando Ríos Valencia, alias Culebro, inicialmente se entregó a las autoridades, pero reincidió en conductas asociadas al narcotráfico y lavado de activos. Se encuentra recluido en máxima seguridad en Cómbita (Boyacá), pues seguía delinquiendo desde La Blanca.
Agosto del 2015
En una redada nacional cayó en Manizales alias el Primo, quien hacía parte de una organización de narcotráfico que operaba en el centro del país, con el objetivo de llevar cargamentos de cocaína hasta la Guajira, de donde era llevada al exterior.
Julio del 2016
Aliás Víctor, testaferro de la banda de narcotráfico Los de la Montaña o Npr, fue capturado en una operación simultánea en Chocó y Caldas. La detención de este y otros miembros de la banda se dio cuando, en asocio con el Eln, alistaban un cargamento de cocaína para llevar a Estados Unidos.
Septiembre del 2016
En la vía nacional que pasa por La Dorada la Policía capturó a alias Lucas, cabecilla del Clan del Golfo, en la que se desempeñaba como jefe financiero.
Diciembre del 2016
Era integrante del Clan del Golfo y lo investigaba una fiscalía especializada de Manizales por hechos de extorsión a comerciantes de Neira, Supía, Riosucio y la capital de Caldas. Las autoridades de Antioquia lo capturaron por otros delitos.
Enero del 2017
El primer día del año la Policía capturó en una finca de Chinchiná a Ómar Darío Patiño Londoño, alias Óscar o Rodrigo, jefe del Clan del Golfo en el Pacífico, delegado por alias Otoniel. El hombre fingió su muerte. Falsificó un acta de defunción en su nueva identidad se hacía llamar Yerci Andrei Collazos Lavao.
Mayo del 2017
En Chinchiná capturaron a alias Juanito, integrante del Clan del Golfo, que operaba en Palmira (Valle) y se proponía crear una red tráfico de estupefacientes en el municipio caldense. En la banda criminal también se encargaba de coordinar el tráfico de armas.
Febrero del 2018
El Gaula de la Policía capturó en el Kilómetro 41, de Manizales a Jorge Eliécer Franco Trejos, alias el Gordo o el Mono, integrante del Clan del Golfo. En la zona efectuaron varias reuniones con el fin de extorsionar a los habitantes.
Mayo del 2018
En Chinchiná las autoridades capturaron a alias Pipe o la Firma, por tráfico de estupefacientes y lavado de activos. Se le investiga además por la desaparición y muerte de un hombre en Caldas (Antioquia).
Septiembre del 2018
La riosuceña Edilia Vargas, alias la Pibe y señalada del envío de 800 kilos de coca a España, se ocultaba en su tierra natal, pero realizó una compra a su nombre, lo que permitió seguirla hasta el aeropuerto de Pereira, donde finalmente la capturaron.
Noviembre del 2018
En el marco de una operación nacional, las autoridades capturaron en Manizales a Alias Juanda, financiero de una organización de narcotráfico, y a alias Santi, especialista en encaletar droga en paneles solares y baterías. La banda la denominaban los Extraditables y en eso terminaron convertidos.
Junio del 2019
Las autoridades capturaron en Manizales a Roberto Hernández Ossa, conocido como alias Cambo, vinculado a una organización de la que hacen parte narcos colombianos, la mafia italiana y carteles mexicanos.
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