El exjefe paramilitar Pablo Hernán Sierra, alias Alberto Guerrero, aceptó su responsabilidad en la desaparición de Jhon Fredy Jaramillo Vargas, alias Confite. El caso ocurrió en Aguadas en enero del 2006.
De esta manera afrontó la audiencia de control de garantías ante un juez de Manizales ayer en la mañana. En la misma pidió celeridad a la Fiscalía en los 115 crímenes que ya aceptó.
Guerrero escuchó el relato del delegado del ente acusador, que le recordó como el 24 de enero del año mencionado un grupo de hombres armados retuvo a Jaramillo Vargas y lo subió a una camioneta. Posteriormente lo hallaron descuartizado.
El padre de la víctima denunció el caso una semana después. La Fiscalía en su investigación concluyó que la desaparición fue ordenada por el exjefe paramilitar, debido a que Confite, quien hacía parte del frente paramilitar Cacique Pipinta, comenzó a colaborar con las autoridades.
Los comandantes le llamaron la atención y le prohibieron continuar con la cooperación, pero él no hizo caso y por esa razón Guerrero ordenó su desaparición y asesinato.
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