LA PATRIA | MANIZALES
Cuando el juez Primero Penal de Control de Garantías anunció el aplazamiento de la audiencia, los dos primos acusados de contratar un sicario para matar a un reconocido abogado de Manizales tomaron sus cabezas con las dos manos y se agacharon.
Eso ocurrió en la mañana de ayer en el Palacio de la Judicatura, donde se haría la diligencia para definir la libertad de estas dos personas, acusadas de homicidio tentado y porte ilegal de armas. Sin embargo, el abogado de la víctima no pudo asistir y envió una excusa médica, avalada por el juez, Definió la nueva fecha, pero advirtió que no habrá más aplazamientos, esté o no la defensa.
Horacio Gutiérrez, abogado de los dos detenidos, basó su petición en que la Fiscalía dejó vencer los términos, según una norma reciente. "La Ley 1760 del 6 de julio de este año establece un plazo de 120 días, contados a partir del momento en que se presenta el escrito de acusación. Cumplida ese lapso, se debe ordenar la libertad inmediata. Han pasado 162 días. Anteriormente no era claro cuánto era y se se contaba desde el escrito o desde la audiencia de acusación", dijo. La Fiscalía aseguró que no hay vencimiento de términos.
A principios de noviembre del año pasado detuvieron a los sindicados. Uno, de 30 años, en el Hotel Bambú, de Bogotá. En la calle 20 con carrera 23, de Manizales, aprehendieron al otro, de 24 años. Ellos no aceptaron los cargos. José Luis Ruiz Vélez, desmovilizado del bloque Central Bolívar de las Auc, fue condenado a siete años, 10 meses y 15 días de prisión el pasado 1 de mayo, por porte ilegal de armas de fuego. Sería el hombre contratado para cometer el homicidio. Fue capturado el 18 de septiembre del año pasado, en un retén policial en la Avenida Santander, cuando seguía al abogado para, supuestamente, cometer el asesinato.
Ruiz Vélez le contó detalles del plan al abogado víctima y le dio los nombres de los dos primos. Le dijo que le ofrecieron $60 millones, más una casa que comprarían con el dinero de una sucesión. En una audiencia se relató que debía asesinar a otro abogado y a un tío de los que lo contrataron. El homicidio debía ejecutarse el pasado 16 de septiembre; luego el 18, pero no lo encontró en su casa, por lo que lo persiguió por la Santander, donde lo detuvieron.
Según las investigaciones de la Policía, los integrantes de esa familia buscaban obtener beneficios económicos acabando con la vida del jurista, pues adelanta procesos en contra de ellos, que no les permite acceder a una cuantiosa herencia.
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