LA PATRIA | MANIZALES
La oportunidad para aclarar ante la justicia quién desapareció a Andrés Felipe Rivera Jaramillo, de 13 años, se esfumó ante la falta de pruebas contundentes, lo que le permitió al único indiciado quedar absuelto.
El caso ocurrió en el 2016 en zona rural de Manzanares. Lo más cerca que estuvo la Fiscalía de relacionar al presunto responsable con el delito fue cuando descubrió que tanto víctima como victimario habían transitado por el mismo lugar, pero no juntos, a la misma hora.
Un rato después se escuchó una detonación. A partir de ese momento jamás se supo del paradero de Rivera Jaramillo. La denuncia la conoció el Grupo de Desaparecidos de la Fiscalía de Caldas.
Desde entonces hubo indagaciones que apuntaron siempre hacia una misma persona, a quien las autoridades capturaron y mantuvieron con medida de aseguramiento. Incluso, en el transcurso de la investigación le hallaron varias armas de fuego.
Sin embargo, la duda lo favoreció. El Juzgado Penal del Circuito Especializado de Manizales, a quien le correspondió el conocimiento del proceso, luego de escuchar a la Fiscalía y a la defensa llamó la atención sobre aspectos que no permitían una sentencia condenatoria.
Por ejemplo, se conoció que el joven no tenía un lugar fijo para permanecer. Si bien contaba con un hogar, a veces se iba para otros lugares por varios días. En cuanto a la detonación que es escuchó indicó que en la zona se practica la caza, lo que aumentó las dudas sobre la autoría. El próximo 13 de marzo se dará lectura a la sentencia.
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