LA PATRIA | MANIZALES
Logan, el perro criollo, gordito, que todos querían, fue la víctima número 18 de los 24 perros que han sido envenenados en Pensilvania desde diciembre. Para la familia Cardona todo iba normal hasta que, de un momento a otro, salió desesperado de la casa: vomitó, convulsionó y se fue corriendo. Cuando lo lograron atajar, ya no había nada qué hacer.
Siete años llevaba Logan en la familia. Lo vieron en Manizales y lo adoptaron. Desde ahí se convirtió en un integrante más, y en el perro del pueblo. Las vecinas del sector le daban comida y era el primero en estar en los actos culturales, lo consideraban un integrante más de la escuela de música del municipio.
"La crueldad es demasiada. Las personas están tensionadas y no pueden sacar sus perros a la calle", comentó Claudia Milena Gómez Arroyave, directora de la Fundación Animalistas de Corazón, quien además habló de otros casos en los que, de la desesperación, los perros se golpean y terminan desfigurados.
La primera muerte se escuchó en el sector San Vicente - uno, dos, tres perros - esto hasta llegar a 24 y alcanzar otros sectores como San Bernardo, Comercio y hasta la Plaza Principal.
Según Laura Arango, integrante de la Fundación, solo se salvó un canino porque sus dueños lo trasladaron a Manizales, ya que en Pensilvania no hay veterinario, ni de la administración, ni particular.
Cristian Camilo Giraldo, secretario de Gobierno de este municipio, aseguró que contratarán un profesional para que atienda estas emergencias y que desde la Administración están prestos a colaborar con las campañas de concientización.
El veneno
Para Raúl Silva, veterinario y docente de la Universidad de Caldas, es importante identificar cuál es el veneno que los está matando, ya que cada sustancia tiene un protocolo y antídoto diferente.
Arango comentó que guardó el vómito de Logan para hacer un examen de toxicología, pero en la Administración le dijeron que este proceso era muy costoso.
Para ella es importante que se evite la comercialización de las sustancias que pueden estar afectando la vida de estos animales. Comentó que aunque no hay una prueba que identifique qué veneno es, sí se puede deducir, ya que no tiene antídoto. También dijo que cree que se consigue en tiendas y supermercados como anti-ratas.
Actúe
Según un veterinario, si identifica que su perro ingirió algún tipo de veneno, llévelo, lo más pronto posible, a un profesional.
Si no tiene cerca a uno, suminístrele carbón activado, que puede conseguir en una droguería. Diluya una o dos cápsulas en un jeringa con agua y déselo vía oral. Después de esto, llévelo a un veterinario.
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